Hace cerca de 80 años que la voluntad de un comprometido ciudadano avecindado en Chillán, Juan Schleyer Brandt, de ver realizado en esta comuna, capital provincial, un parque con los terrenos que generosamente donara al municipio es una deuda que se han ido traspasando administraciones comunales de distintos colores hasta llegar a la actual.
El alcalde Sergio Zarzar ha sido uno de los jefes comunales que ha reconocido esta deuda con Chillán, sobre todo tomando en cuenta la escasez de áreas verdes que presenta la urbe, tema que se ha debatido ampliamente en los últimos meses, y ha señalado recientemente que existe la voluntad de poder cumplir este anhelo que es ya de toda una comunidad, pero a la vez ha pedido prudencia ya que las gestiones que encabeza el municipio pasan por negociaciones con privados para primero obtener un terreno amplio para iniciar un proyecto.
Lamentablemente, a Chillán no se le pensó con criterios de urbanidad fuera de las cuatro avenidas, sino que la expansión de las construcciones inmobiliarias se realizó de forma inarmónica, generando polos urbanos estrechos, calles diminutas en algunas poblaciones y escasas áreas verdes, donde disfrutar o compartir con vecinos. Lo anterior es una de las razones por las cuales se observa en la ciudad una evidente distorsión entre los sectores de mayor y menores recursos económicos. En este contexto, los terrenos donados pasaron a ser utilizados para la edificación de viviendas, alterando así un compromiso no sólo de autoridades sino de la ciudad.
Con justa razón, 80 años después los descendientes de Juan Schleyer demandan al municipio el cumplimiento de la palabra empeñada y el reconocimiento mediante la obra soñada por el destacado vecino, a quien hoy se le recuerda con el nombre de una calle del mismo sector donde donara sus terrenos.
El alcalde Sergio Zarzar reconoce que Chillán carece no sólo de parques, también de infraestructura deportiva y cultural necesaria para devolver aquella riqueza que por tanto tiempo fue la envidia de muchas otras ciudades del país y que dio frutos en sus pintores, músicos, poetas, escultores, cantores, entre tantos otros talentos forjados en tierras ñublensinas.
Por tanto, es el tiempo en que las comunidad debe hacerse partícipe de exigir más y mejores espacios para el disfrute de una calidad de vida saludable y adecuada para el esparcimiento de las familias, cumpliendo así la visión que Juan Schleyer le ofreció a su querido Chillán.