Dictadura
Durante este mes se cumple un nuevo año del fallecimiento del dictador camboyano comunista Pol Pot, artífice de uno de los más lamentables genocidios de la historia de la humanidad. Haciendo un poco de historia, podemos revisar que la guerrilla comunista de los jemeres -liderada por él- en su intento de establecer el paraíso en la tierra "sin clases", asesinó a cerca de un tercio de la población de Camboya. Como señala el diario internacional ABC, algunas de las atrocidades cometidas por los idealistas pasaron por someter a parte de su población a: "campos de trabajo, separar a las familias, abolir la propiedad privada, prohibir la religión, aislar al país, cerrar los bancos, quemar dinero, suprimir la educación, clausurar hospitales, anular al individuo y liquidar sin piedad a todo aquél que consideraban su enemigo."
En tiempos de relativismo y crisis en occidente, que en gran parte se relaciona a un vacío espiritual y moral, es interesante visualizar estos fenómenos en perspectiva para dimensionar cómo algunos seres humanos cegados por la ideología pueden levantar proyectos que atropellan la dignidad del ser humano. Ahora bien, el marxismo armamentista es historia y la nueva alerta pasa por denunciar neomarxismo cultural, una forma sutil de penetración en las conciencias ciudadanas.
Andrés Barrientos
Indolenciará
¿Hasta cuándo vamos a observar impávidamente el terrorismo en La Araucanía? Si el gobierno es incapaz de controlar ese tipo de terrorismo, somos nosotros - los ciudadanos - los que debemos exigir que se actúe con mayor decisión y se termine con ese tipo de anarquía en que unos pocos hacen lo que se les ocurre en contra de ciudadanos que lo único que han hecho en toda su existencia es hacer progresar a Chile - nuestro país - en una zona que encontraron inhóspita, desaprovechada y con un extraordinario potencial que los llevó a transformarla mientras otros contemplaban el desarrollo y el progreso que los colonos trajeron y en lo que transformaron ese potencial. Exigimos a nuestras autoridades que tomen decisiones radicales para detener el desarrollo de un terrorismo que llevará a esa porción de nuestra patria a ser maldita.
Víctor M. Volante Leonardi
Forestación urbana
Son ampliamente reconocidos los beneficios ambientales y culturales que proporcionan los árboles en las ciudades, por ese motivo desde hace años diversas iniciativas estatales y particulares promueven la forestación en ambientes urbanos. Sin embargo, por sí sola, dichas iniciativas son insuficientes. De hecho, un alto porcentaje de árboles no llega a estado adulto generando los beneficios esperados.
¿Por qué ocurre esto? Las causas son variadas, entre ellas está la desadaptación climática de los árboles que terminan secándose y no prosperan. También la falta de un buen manejo, al no recibir adecuadamente el riego, ni los nutrientes necesarios, y se agrega a la lista, los que son maltratados por acciones de vandalismo, mal uso de las orilladoras y cortadoras de césped, y las podas deformantes ejecutadas por personal, que no cuenta con las competencias requeridas. Por último, están aquellos árboles que fueron incorrectamente seleccionados y que deben ser removidos, pues se plantaron en espacios reducidos, con cables aéreos o conductos subterráneos que interfieren con su desarrollo radicular. Mejorar esta situación depende no sólo de seguir incentivando programas y acciones de forestación en las ciudades del país, sino también que se desarrollen planes de manejo y seguimiento de los árboles, que sean más rigurosos que los actuales. Por otra parte, es necesario promover programas de educación ambiental y sensibilización en las comunidades, junto con capacitaciones técnicas para el personal que selecciona y maneja este tipo de vegetación.
Gabriela Saldías, Académica Escuela de Arquitectura del Paisaje U. Central de Chile
Uber
Uber se ha tomado la opinión pública de manera profunda. Y el dilema en que nos encontramos, parece no ser tal para quienes deciden rápidamente dar o no apoyo al gremio de los taxistas.
Así, se llega a opiniones tan radicales como considerar a los taxistas unos sinvergüenzas, siendo que no han hecho más que ganar su sustento dentro de las reglas impuestas por el Estado.
El Estado evidentemente no controlará esto como de manera pretenciosa y equivocada ha sugerido: con coerción. Sin embargo, ¿el Estado debería solidarizar con los taxistas y su difícil momento económico del que no son culpables? Sí, evidentemente sí. Pero no matonezcamente, sino en forma proactiva, incentivando y dando las posibilidades de especialización en otro rubro o área para los taxistas que así lo deseen mientras les brinda un apoyo temporal.
¿O simplemente se seguirá con el absurdo de la discusión infinita y no generadora de riqueza alguna que se lleva a cabo?
Natán Bravo Garrido