El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) acusó a la Escuela de Capacitación Incap de Chillán de "homofobia", debido a la utilización de manuales para guardias de seguridad en los que personas con orientación sexual diversa son calificadas como "peligrosas", además de vincularlas a distintos delitos.

Es así como en un ítem denominado "Modus operandi del delincuente", el manual menciona a las personas homosexuales entre una clasificación que contempla a "cuenteros, escaperos, estafadores, falsificadores, falsos funcionarios, lanzas, pistoleros y asaltantes", sostuvieron desde el Movilh.

En relación a los homosexuales, el manual dice que son un "peligro. Son personas que recogen todo tipo de antecedentes que pueden utilizar de mala forma". Por esta razón, hicieron llegar una carta al director de la escuela, Víctor Navarrete, donde el Movilh acusó de homofobia e incitación al odio, "por considerar a las personas homosexuales como delincuentes y que, por lo mismo, deben ser blanco de sospechas para los guardias de seguridad".

Respuesta

Desde la Escuela de Capacitación, el representante legal de la empresa , Rubén Aliaga, sostuvo que el manual "fue sacado de contexto, ya que hay todo un párrafo y si bien se habla de los homosexuales refiriéndose a personas que pueden tener problemas con los guardias al momento de ser controlados, eso es desde un contexto general, refiriéndose a todas las personas. Ahora, quien hizo la denuncia es alumna de este curso y está en clases en estos momentos".

Aliaga fue enfático en manifestar que "que jamás tuvimos la intención de ofender, tanto así que ya se tomó la medida de excluir ese párrafo, porque no está en nuestro ánimo ofender a nadie, prueba de ello es que la alumna continúa asistiendo a sus clases de forma normal", agregó Rubén Aliaga, de Incap.

Instalaciones modernas, seguridad, higiene y comodidad son algunos de los atributos de comercialización que esperan vender en el nuevo Terminal Hortofrutícola de Chillán, además de las frutas, legumbres, verduras, hortalizas, frutos secos, abarrotes y cualquier otro producto ligado al sector de alimentos.

A un par de horas de la apertura oficial de los nuevos locales con cortinas a control remoto, Sergio Conteras, presidente de Agro Chillán S.A., evaluó la jornada "como un éxito, asistió bastante gente, bastantes clientes; todos muy contentos, tanto los compradores como los comerciantes, con mucha satisfacción y alegría se han recibido estas nuevas instalaciones. Ha sido un día de armonía y felicidad, además que hemos vivido un salto muy grande, los que estamos aquí como los que vienen a comprar", apuntó, en medio de camiones en proceso de descarga de mercaderías.

"El comprador chillanejo tiene un lugar limpio, tranquilo, seguro y digno donde ir", destacó.

Abierto 24 horas

Dentro de las innovaciones, informó Contreras que esperan trabajar horarios libres, todo el día, desde las 3.00 horas, como en las grandes ciudades donde los clientes tengan la opción de poder ir al mercado a la hora que puedan. Para eso vamos a realizar una reunión en los próximos días, pero lo más seguro es que así va a ser. No le queremos poner horarios, no queremos restricciones para atender, queremos trabajar como los grandes mercados 24 horas al día".

Recordó que aún "se encuentran en marcha blanca", por lo tanto el servicio de estacionamiento es gratuito, el cual deberá ser cancelado en los próximos días.

Los locales han sido distribuidos, en su mayoría, de acuerdo a la disposición que se tenía en la antigua vega, comentó José Sepúlveda, vendedor de frutas tropicales. "Mi fuerte son las piñas, los plátanos, los mangos, limón de exportación, palta, pomelos. Yo vendo mercadería que se importa desde Ecuador".

Sepúlveda comentó que a partir de este sábado esperan la asistencia de clientes que compren al detalle, "porque aquí a partir de un kilo vamos a mantener los mismos precios que al por mayor", aseguró.

Explicó que un cajón de plátanos se venden al por mayor entre $10 mil o $11 mil, y cada uno trae entre 24 y 25 kilos, "pero esos precios se mantienen al detalle".

Tradición de familia

José Salazar heredó el oficio de vendedor de su padre y con orgullo recordó que le enseñó todos los secretos del trabajo. "Aquí vendemos las mejores paltas, limones y naranjas de Chile que traemos de Cabildo. Nosotros venimos desde el mercado que quedaba en la población Arturo Prat".

La mayoría de los locales son gerenciados por grupos familiares. José Figueroa, junto a su esposa e hijos, reconoce que es comerciante desde muy chico, "venimos desde la vega antigua, desde donde soñábamos y proyectábamos algo mejor, con la fe y la confianza en Dios, cuando él comienza un proyecto él lo termina. Me emociona esto, hace 19 años no teníamos nada, hoy tenemos un proyecto soñado".

Desde el otro lado del mesón estaba Nelson Sepúlveda. comprador desde hace 10 años del terminal, es dueño de un minimarket en Arturo Prat y reconoció que "los precios están igual que en la otra vega, lo único que cambió fue la infraestructura que es espectacular, es mucho más segura, es un desarrollo primordial para la región de Ñuble".

Las mujeres están en casi todos los locales, muchas detrás de las cajas de pago y una de ellas es Teresa Figueroa, quien cocina comida típica chilena, y como tal contó, "seguiré vendiendo almuerzos, sopaipillas con queso, empanaditas fritas. Trabajo hace cuatro años con mi marido y una nuera, vendiendo comida desde las tres de la mañana hasta las 18 horas".

Por ahora no ha mudado su cocinería, pero espera hacerlo en los próximos días, mientras vende en cada uno de los nuevos locales la comida caliente que la distingue.

"Los precios están igual que en la otra vega, lo único que cambió fue la infraestructura que es espectacular".

Nelson Sepúlveda, Comprador

"Seguiré vendiendo almuerzos, sopaipillas con queso, empanaditas fritas. Trabajo con mi marido y una nuera".

Teresa Figueroa, Cocinera

"El cajón de plátanos lo vendemos al por mayor entre los $10 mil o $11 mil, y cada caja trae entre 24 y 25 kilos".

José Sepúlveda, Vendedor

"Nosotros venimos desde el mercado que quedaba en la Arturo Prat, somos discípulos del jefe, del presidente de acá".

José Salazar, Vendedor