Barrick despide a 1.500 trabajadores de Pascua Lama en Argentina
La minera canadiense Barrick Gold se comprometió ante las autoridades de la provincia argentina de San Juan a no detener las obras de construcción de la mina Pascua Lama, pero anunció que despedirá 1.500 de los 5.000 trabajadores ligados al proyecto.
Medios locales informaron ayer que ese fue el acuerdo al que llegaron el viernes el vicegobernador de San Juan, Sergio Uñac, y el presidente de Barrick, John Thornton.
La firma decidió suspender temporalmente de las obras de construcción del yacimiento del lado chileno, ubicado en la Región de Atacama. Entre las razones esgrimidas por la canadiense están la legislación ambiental en Chile.
Para la construcción de la mina de oro del proyecto binacional, Barrick había contratado en el lado argentino a 5.000 trabajadores. Pero la minera canadiense anunció que sólo mantendrá a los 3.500 originarios de San Juan, mientras que despedirá al resto, extranjeros y provenientes de otros puntos de Argentina.
"Hoy Barrick tiene casi 5.000, de los cuales 3.500 son trabajadores sanjuaninos, vamos a mantener la totalidad de esos puestos de trabajo", dijo Uñac en declaraciones publicadas ayer por El Diario de Cuyo de San Juan.
A cambio, Barrick se comprometió ante el Gobierno de San Juan a no suspender por completo las tareas en la mina, un proyecto que en total demandará una inversión de unos US$ 8.500 millones, según la agencia EFE.
El Gobierno provincial dijo en un comunicado que Barrick se comprometió a invertir el próximo año US$ 450 millones en Pascua Lama y en la mina Veladero, también en San Juan.
Además, la empresa prometio cancelar una serie de deudas por US$ 200 millones con proveedores locales.
"El pago de los servicios servirá una buena inyección de dinero en el mercado de San Juan", dijo ayer a medios locales el presidente de la Cámara Minera de San Juan, Jaime Bergé, en relación al compromiso de la compañía para saldar sus deudas.
La empresa, afectada por una baja en los precios internacionales de los metales, había anunciado este año su decisión de retrasar las obras de Pascua Lama.
En noviembre, Barrick había informado que planeaba "disminuir temporalmente las actividades de construcción en Pascua Lama" para posponer y reducir "los desembolsos de efectivo de corto plazo" y permitir "proseguir con el desarrollo en el momento apropiado bajo un esquema en fases más efectivo".
La firma reprogramó todos los trabajos del lado argentino, ya que priorizó obras del lado chileno. La justicia paralizó las obras en mayo de este año por denuncias de contaminación de comunidades indígenas, por las que la empresa recibió una multa de US$ 16 millones de parte de la Superintendencia de Medio Ambiente.
El proyecto de Pascua Lama contempla la construcción de una mina de oro a cielo abierto, ubicada a más de 4.000 metros de altura en la frontera de Argentina y Chile y se preveía que estuviera operativa para el segundo semestre de 2014, tras una primera inversión de US$ 8.000 millones.
El vicepresidente de Pascua Lama, Eduardo Flores, reiteró en una cita sostenida en noviembre con altas autoridades de La Moneda que la decisión de suspender las obras de construcción del proyecto se debió a "variables económicas". El ejecutivo rechazó que la minera decida cerrar definitivamente el proyecto.
En octubre del 2012 la Corte de Apelaciones de Copiapó acogió un recurso de protección presentado por comunidades diaguitas del Valle del Huasco en contra del proyecto, debido al impacto de las obras de construcción en los glaciares y los afluentes de la zona donde se desarrolla la iniciativa. En abril de este año el tribunal ordenó paralizar completamente las obras de Pascua Lama tras acoger la orden de no innovar interpuesta por las comunidades.
El ministro de Minería de Argentina, Jorge Mayoral, apuntó al "entorpecimiento" en Chile por la suspensión del proyecto. El secretario de esa cartera agregó que, a juicio del Gobierno de Cristina Fernández, los motivos económicos "son secundarios" en la decisión de la canadiense.
El ministro de Planificación argentino, Julio De Vido, advirtió recientemente que "no vamos a permitir" que el proyecto se detenga en la parte argentina de la iniciativa.