A partir de este lunes, sus cota se ubicará en el "colchón de reserva", lo que impedirá su uso para riego en 32 mil hectáreas de la provincia de Ñuble.
Una seria preocupación vienen manifestando en la Junta de Vigilancia del Río Diguillín, con respecto a la baja cota del Lago Laja, desde donde proviene el agua para el riego agrícola, a raíz de lo que ellos califican como un "uso abusivo" del recurso disponible por parte de la empresa generadora de electricidad Endesa S.A.
Como se recordará, la utilización de las aguas de la Laguna Laja está normada en un convenio vigente desde 1958 entre la Dirección de Obras Hidráulicas y la empresa, que por ese entonces era estatal. La DOH supervisa el uso del recurso compartido con los agricultores que se abastecen del Canal Laja Diguillín, que comprenden a 1.800 históricos más los blancos de Bulnes y San Ignacio, que se integraron recién a contar de 2013, y que mantienen adicionalmente una superficie de 1.200 hectáras con necesidad de riego agrícola.
Según informó recientemente la DOH este lunes la laguna quedará en el denominado "colchón de reserva", lo que impedirá que 32 mil hectáreas reciban el riego esperado durante el mes de enero, lo que afectará a las comunas de Yungay, Pemuco, El Carmen, San Ignacio y Bulnes.
Desde fines del año pasado, que el senador UDI Víctor Pérez Varela ha venido denunciando a la empresa Endesa S.A. por el uso "abusivo" de las aguas disponibles, según sostiene. Por esta razón, el parlamentario ha advertido públicamente que se insistirá en pedir al gobierno poner fin al Convenio de 1958 y la implementación de nuevas normas de uso, "que asuman una realidad distinta a la que existía hace casi 55 años".
El legislador, quien ha asumido una crítica postura en defensa de los agricultores de la Región del Bío Bío, recalcó que estarán observantes de la actitud del gobierno que asumirá en marzo al otorgarle una cercanía con la multinacional hidroeléctrica.
Lo cierto es que el caso que ocurre en el Lago Laja se repite en otras zonas del país y será la base para lo que ocurrirá a futuro con el embalse Punilla, el que se destinará tanto para asegurar el riego agrícola en Ñuble como para la generación de energía hidroeléctrica. Por tanto, la necesidad de esta regulación es una urgencia hoy, en que se busca resolver de manera sustentable el urgente requerimiento energético con la necesidad de agua para nuestros agricultores.