Corte ratifica fallo absolutorio contra el único acusado por el crimen de cura
Gabriel Muñoz
"Estoy feliz, se acabó la pesadilla". Con esas palabras resumió Elías Cartes Parra, de 31 años, el fin de una etapa dolorosa en su vida, donde se le acusó de haber asesinado al sacerdote Cristián Fernández Fletá.
Durante la mañana de ayer, la Corte de Apelaciones de Chillán resolvió de forma unánime desestimar la solicitud de nulidad del juicio oral en el cual fue absuelto del cargo de homicidio simple.
El caso se remonta al 6 de abril de 2009, fecha en la que fue encontrado sin vida el religioso tras recibir 16 puñaladas, siendo Cartes el único acusado por el Ministerio Público, por lo que pasó cerca de 7 meses privado de libertad.
Desde que el Tribunal Oral en lo Penal de Chillán lo absolvió, el pasado 19 de diciembre de 2013, la vida de Cartes dio un cambio radical. Ha logrado retomar todo lo que había dejado pendiente tras permanecer privado de libertad, situación que se ratificó ayer.
"No pude ir a la Corte, porque estaba trabajando, pero me llamó mi abogado para contarme, así que llamé de inmediato a mis padres para contarles la noticia, ya que desde que terminó el juicio oral he podido hacer mi vida normal. Estoy trabajando actualmente como jefe de sala en el supermercado Mayorista 10, de quienes estoy muy agradecido porque siempre creyeron en mí, al igual que mi familia y mi abogado", sostuvo.
El hombre agregó que actualmente vive en compañía de sus padres, pero aún sigue en una relación con su pareja Paulina, con quien tiene una hija de dos años y nueve meses.
Acerca de los motivos por los que fue inculpado, Cartes sostiene que sólo se debió al hecho de haber vivido hasta una semana antes del asesinato en la casa donde ocurrió el crimen.
"Una semana antes de que lo asesinaran, yo vivía en la casa del sacerdote con mi pareja. En momentos en que el cura había vuelto entró una persona extraña a la casa sin permiso de nosotros, por eso nos fuimos, porque se notaba agresiva, hablaba pura violencia. Esa misma noche que se metió la persona a la casa, el cura se quedó con él en la noche encerrados en su dormitorio, con música fuerte y ruidos de tener intimidad. Así tomamos la decisión de irnos un 30 de marzo del 2009".
Luego de eso, afirmó Cartes, el 5 de marzo de 2013 llegó hasta el supermercado personal de la Policía de Investigaciones, así que "pedí permiso en la pega para salir y me llevaron hasta el cuartel, pero cuando llegamos dijeron que habían encontrado al asesino".
Tras ello, el único acusado en ese momento de la muerte quedó en prisión preventiva hasta el 22 de octubre, fecha en que se le revocó la medida cautelar, quedando solo con arresto domiciliario. "El tiempo que estuve encerrado fue terrible, pero no me tocó vivir ninguna situación de dificultad con los otros internos. Sin embargo, el tiempo que pasé adentro ni con todo lo que me paguen me lo van a poder borrar".
Con estas palabras Elías Cartes se refiere a una futura acción reparatoria por el daño causado, el que deberá analizar junto a su abogado, Giovani Gotelli.
Muy breves fueron las declaraciones de la Fiscal del caso, Marcia Venegas, en relación al recurso de nulidad. "Se leyó la parte resolutiva, así que para dar una opinión al respecto del fallo hay que leerlo en forma completa, para dar un análisis más completo", sin embargo Venegas sostuvo que aún existe la posibilidad de presentar un recurso de queja, situación que no se puede determinar hasta conocer en detalle la resolución.
Giovani Gotelli, abogado defensor del acusado, se mostró satisfecho y contento con la resolución. Sin embargo, fue crítico, especialmente con la Policía de Investigaciones, a quienes acusó de mentir con algunas de las pruebas presentadas. "Aquí más que la Fiscalía, hay una responsabilidad de la Brigada de Homicidios que fue incapaz de resolver este tema. Buscaron un chivo expiatorio, buscaron lo más cercano, y culparon a un joven absolutamente inocente y eso es muy peligroso para todos los ciudadanos, o sea, cuando la policía actúa así, estamos todos en peligro", enfatizó.
Por tal motivo es que el defensor no descarta presentar algún tipo de acción judicial en contra del Estado. Sin embargo, afirmó que "no me dedico a eso, quizás ni siquiera lo haga, quizás hablaremos con algún profesional que tenga más experiencia, pero lo asumiremos en forma conjunta. Si bien ya lo hemos conversado con Elías muy someramente, porque no hemos querido hacer ninguna especulación antes de tener una sentencia definitiva, como yo entiendo que tenemos hoy (ayer)", comentó Gotelli.
La defensa que llevó a cabo Giovani Gotelli permitió derrumbar las pruebas que presentó el Ministerio Público, las que básicamente consistían en una huella plantar, una gota de sangre y un vello púbico, y que finalmente fueron desacreditadas en el juicio.
"Aquí la Brigada de Homicidios actuó contra la Ley, porque las pericias a la sangre se realizaron en 2009, siendo que la nueva Ley de ADN fue aprobada el 2008. Sin embargo, ellos mencionaron que no se aplicó el reglamento vigente, situación que es gravísima, porque esos antecedentes fueron los que encarcelaron a Elías y fueron los mismos que se contrastaron por la defensa y nuestra perito".
Otra de las pruebas que el abogado criticó fue el vello púbico de Cartes que se encontró en el urinario del domicilio de Cristián Fernández, y que según los peritos presentados por el Ministerio Público, habrían estado a menos de 48 horas del asesinato del sacerdote.
"El vello fue para vincular aún más a Elías, pero lo que la perito no nos cuenta es que la pericia se hizo 20 días después, entonces si lo recibe tantos días después, cómo sabe que no tenía más de 48 horas, entonces ella estaba mintiendo, vino sólo a mentir", expresó Gotelli, destacando además que aquí hubo al menos cinco líneas investigativas que no fueron capaces de resolver y se fueron por el camino más corto, acusando a un joven con irreprochable conducta, heterosexual, que trabajaba y ascendía en su puesto.
El primero de los crímenes que no han tenido resultados positivos y que se enmarcan dentro de los casos emblemáticos debido a la connotación social que causaron, se produjo el 27 de febrero de 2009, en el sector rural de Tres Esquinas, de la comuna de Coihueco.
En dicho lugar fueron asesinados los profesores jubilados identificados como Alejandro Contreras Badillo, de 62 años, y su pareja Erika Hernández Vilches, de 70 años, quienes al interior del dormitorio de su vivienda fueron atacados con un arma blanca en sus cabezas, rostro, cuello y brazos, y fallecieron producto de la gravedad de sus lesiones.
Otro de los crímenes que remeció a Ñuble se produjo el 1 de julio de ese mismo año, cuando por circunstancias que nunca fueron determinadas, se encontró sin vida y degollado a un lactante de pocas horas de nacido en el puente Ñuble.
Posteriormente, el 16 de septiembre de 2009, fue encontrado el cuerpo sin vida de Jeissen Reyes Briones, de 18 años, en un sector eriazo de la población Lomas de Oriente, quien perdió la vida producto de una asfixia por estrangulamiento.
El principal sindicado como autor del crimen era el pololo de Jeissen, identificado como C.B.C., apodado el "Flanders", a quien la Fiscalía lo acusó del delito de homicidio. Durante el juicio oral, los magistrados no alcanzaron la convicción de culpabilidad del acusado, absolviendo al imputado por unanimidad, hecho que se vuelve a repetir con el crimen de Cristián Fernández.
"El tiempo que estuve encerrado fue terrible, pero no me tocó vivir ninguna situación de dificultad con los otros internos, sin embargo, el tiempo que pasé adentro ni con todo lo que me paguen me lo van a poder borrar".
Elías Cartes
Absuelto de asesinato
Entre las líneas investigativas que se llevaron a cabo, estaba una boleta encontrada en un basurero de la cocina de la casa del sacerdote, en la que se registraba la compra de un jean realizada en la tienda Falabella el 3 de abril de 2009, que corresponde a tres días antes del asesinato. Sin embargo, a pesar de contar con la grabación de las cámaras de la tienda, no fueron en alta calidad, por lo que no se pudo determinar la identidad de esa persona. Además se investigaron personas homosexuales que tenían relación con la víctima, pero como en el caso del jean, nunca se logró determinar una relación entre la muerte y las relaciones de Cristián Fernández.