Enamoramiento y amor
El plan no ha logrado erradicar del todo la violencia en los recintos donde se juega fútbol profesional en, en especial en partidos de alta convocatoria
En realidad, esto es parte de una campaña global de desprestigio contra la Iglesia Católica. No se trata de esquivar culpas, pero las cosas deben verse en su justo contexto.
Vivimos en una sociedad obnubilada por el enamoramiento al extremo de dedicar un día a los enamorados, lo que constituye una expresión de la inmadurez de tal sociedad. En esto, hay un error de base que consiste en confundir, tontamente, enamoramiento con amor. Esta confusión, de la cual yo también formé parte, me duró hasta los 15 años, cuando, cursando 3º Medio, tuve que leer "El arte de amar" del psicoanalista, sociólogo y filósofo Erich Fromm, libro que me marcó hasta el día de hoy convirtiéndome en un "romanticida". En él, Fromm establece las diferencias entre enamorarse y amar. Si bien es cierto que el enamoramiento puede ser considerado el estado previo al amor, las diferencias con el amor son tan grandes, que es necesario afirmar que de uno a otro no hay un paso sino un salto de una dimensión considerable. Tal salto se expresa de manera lapidaria cuando Fromm afirma que "empezamos a amar cuando dejamos de estar enamorados". Fromm dice que el enamoramiento es un sentimiento que responde a una atracción, sentimiento que "nos produce un gran placer. Hasta la química de nuestro cuerpo cambia, dentro de él se producen unas sustancias llamadas endorfinas. Nos sentimos felices y andamos todo el día de buen humor y atontados". Hasta aquí, todo suena bastante bien, excepto por lo de "atontados" lo que ya es indicio de un mal presagio. Luego Fromm dice que "cuando estamos enamorados nos parece que nuestra pareja es perfecta y la persona más maravillosa del mundo. Ésa es la diferencia entre enamoramiento y el amor". Pero las personas reales no somos perfectas, tenemos fallas, defectos, cometemos errores. Y cuando esto se descubre, la burbuja se rompe… y hasta ahí llegó el enamoramiento, porque el descubrir las fallas se convierte en un muro infranqueable que hace que la relación se termine. La consecuencia es que se buscarán siempre nuevas parejas, las que durarán hasta que aparezcan los primeros defectos; en otras palabras, hasta el encuentro con la persona real, la cual no es perfecta, aunque sí perfectible. Cuando la relación se mantiene con la persona real, se ha dado el gran salto del enamoramiento al amor, que consiste en entrega, compromiso, en un caminar juntos haciéndose cada vez mejores, ayudándose a superar los defectos de cada cual.
Instituto de Teología Ucsc