Las instituciones clave en el trabajo preventivo, tales como la Onemi y el SHOA de la Armada demostraron haber aprendido del 27/F, con un trabajo coordinado, efectivo e inmediato.
Contar con un básico de abarrotes, agua y otros elementos, por lo menos para tres días, cobra importancia en una emergencia.
Más rápido de lo que quisiéramos, el planeta nos recuerda cada cierto tiempo que Chile se encuentra asentado sobre tierra en movimiento, figurando entre los tres países con más sismos registrados desde que se tiene memoria. Y considerando que más pronto que tarde se nos va a mover el piso, debemos tener claro cómo actuar cuando ocurre un sismo y las principales recomendaciones para hacer frente a este tipo de situaciones.
Lo primero es mantener la calma cuando perciba el movimiento. No corra, ubíquese en un lugar donde nada le pueda caer encima, ni existan ventanales muy próximos. Abra alguna puerta de acceso a su casa para evitar quedar encerrado y espere que el sismo pase completamente antes de proceder a evacuar. Jamás lo haga durante el temblor, es más, si vive en un departamento, evalúe si las escaleras de evacuación se encuentran en condiciones antes de ser usadas.
Si el sismo fue superado con éxito, como es de esperarse, se enfrenta ahora a un escenario muy predecible: la falta de energía eléctrica, el corte del abastecimiento de agua y la suspensión del servicio de gas ciudad, si lo posee. Por lo tanto, contar con un básico de abarrotes, agua y otros elementos, por lo menos para tres días, cobra importancia.
Una persona promedio consume 2 litros de agua diariamente, más un litro y medio para preparación de alimentos e higiene básica, es decir, 3,5 litros de agua por persona y por día. Tome en cuenta que mujeres embarazadas, niños y quienes presenten condiciones especiales, pueden necesitar consumir más litros diariamente.
Para almacenar el agua puede usar envases de bebidas, pero preocúpese de lavar muy bien el interior (por lo menos 3 veces) y cerrar la tapa al almacenar. No es recomendable utilizar envases de leche o jugos naturales azucarados, ya que es difícil limpiar bien los residuos de proteínas y pueden contaminar su agua almacenada.
En cuanto a los alimentos, la prioridad en el consumo la tienen aquellos que quedaron en el refrigerador, recuerde que no tiene gas para cocinar y tiene poca agua. Prefiera los alimentos enlatados de consumo inmediato, que no necesitan precalentamiento y se pueden compartir, además de frutas, verduras, carnes enlatadas, barras de cereales y frutos secos para la energía. Ojo con los alimentos con mucho sodio, ya que aumentan la demanda de agua.
Lo más importante antes de tener todo lo sugerido, es conversar abiertamente con la familia sobre qué hacer en cada situación particular, cuál es el rol de cada uno de los integrantes y saber dónde ir en caso de que algo salga mal.
Director Área Ingeniería IP-CFT Santo Tomás.