Agencias
El capitán del transbordador que se hundió frente a la costa de Corea del Sur, dejando más de 300 muertos o desaparecidos, fue arrestado ayer por sospechas de negligencia y abandono de los pasajeros en momentos de urgencia.
Dos miembros más de la tripulación también fueron detenidos, incluyendo una tercera oficial novata, que según un fiscal dirigía la nave por aguas difíciles y desconocidas para ella cuando ocurrió el accidente.
El capitán del ferry, Lee Joon-seok, de 68 años, fue detenido junto con uno de los tres timoneles del Sewol y la tercera oficial, de 25 años de edad, dijeron los fiscales.
"Estoy apenado con el pueblo de Corea del Sur por haber causado esta molestia e inclino la cabeza a modo de disculpa con los familiares de las víctimas", dijo Lee a los periodistas mientras salía de la subdivisión del Tribunal de Distrito de Gwangju en Mokpo para ser encarcelado.
Sin embargo, defendió su decisión duramente criticada de haber esperado unos 30 minutos antes de ordenar una evacuación. "En ese momento, la corriente era muy fuerte, la temperatura del agua del mar estaba fría, y pensé que si las personas dejaban el ferry sin un juicio (adecuado), si no llevaban un chaleco salvavidas, e incluso si lo fueran, ellos se hubieran alejado y enfrentado a muchas otras dificultades ", dijo Lee. "Los botes de rescate no habían llegado todavía, ni había ningún barco de pesca civil u otras embarcaciones cercanas en ese momento", agregó.
En el momento en que se emitió la orden de evacuación, la nave se estaba inclinando en un ángulo demasiado pronunciado como para que muchas personas pudiesen escapar a través de los pasillos estrechos y las escaleras del interior. Varios sobrevivientes dijeron a AP que nunca escucharon una orden de evacuación.
Ahora hay que esclarecer si "se produjo un cambio de rumbo o se realizó a raíz de circunstancias anómalas", dijo el director del equipo de investigadores, Park Jae Uhk.
Los buzos no han podido entrar en el ferry, pues luchan con las corrientes y las lluvias fuertes. Cientos de buceadores civiles, gubernamentales y militares participaban ayer en la búsqueda.
Los rescatistas intentaron sin éxito penetrar en el transbordador, que descansa volcado sobre el fondo marino en aguas al suroeste del país a 30 metros de profundidad, lo que prácticamente descarta la posibilidad de hallar dentro a algún pasajero con vida.
El Sewol se hundió el pasado miércoles frente a la costa sur del país con 476 personas a bordo, la mayoría de ellos estudiantes de una escuela secundaria que estaban de vacaciones. Más de 270 personas siguen desaparecidas y se cree que la mayoría quedó atrapada en el interior del barco de 6.852 toneladas.
El número de muertos confirmados se elevó a 32, luego de que se encontraron tres cadáveres más en las aguas turbias cerca del ferry.
Las esperanzas de encontrar sobrevivientes tras el hundimiento del buque se desvanecieron casi por completo ante el escaso progreso del rescate de la nave, cuyo casco quedó sumergido en su totalidad.
Los expertos calculan que, en caso de haber bolsas de aire en el interior del buque, podrían permitir la supervivencia hasta unas 72 horas.
Este tiempo ya transcurrió, sin que las 176 embarcaciones, 28 helicópteros y aviones y más de 650 buzos desplegados hayan logrado operar su plan de rescate en el interior de la nave, según información oficial entregada por las autoridades surcoreanas.
Los padres de las víctimas del naufragio se aferran, a pesar de la oleada de malas noticias, a las escasas posibilidades de encontrarlas con vida. En el polideportivo de Jindo, isla costera ubicada al suroeste de la península surcoreana, también se vivieron momentos de extrema tensión cuando algunos de los familiares increparon a las autoridades, a las que acusan de no realizar suficientes esfuerzos y de falsear información, lo que llevó a cancelar una de las sesiones informativas para entregar detalles sobre los intentos de rescate.