Los propios comerciantes reconocen ser víctimas de robos en el sector y piden con urgencia mayor presencia policial o la instalación de cámaras de vigilancia.
Cristo está vivo y basta mirar como en su nombre o en el nombre del amor al prójimo muchos se han levantado para ayudar al que está sufriendo.
Hoy no es un día cualquiera, podríamos decir que es un gran día. Es el día del anuncio más importante de nuestra historia. Jesús a pesar de todo ha resucitado y todavía somos miles los que nos gozamos en ello. En todos los continentes, allí donde se hablan distintas lenguas alguien se alegra por su resurrección. En los lugares que viven en paz y en los que sufren guerra.
Hoy nuevamente venció a la muerte y me atrevería a decir que venció esa
corriente actual que nos quiere hacer creer que Dios no está con nosotros, que es un invento. Hoy nuevamente Cristo vence a aquellos que aseguran que la liberación del hombre exige su muerte.
Algunas personas ante las cosas que nos tocan vivir, como el terremoto del norte, el gran incendio de Valparaíso, etc, nos preguntan a los cristianos :¿ "y bueno dónde estaba Dios en ese momento"?, lo extraño de esto es que muchas veces los que nos preguntan son los mismos que promueven sacar a Dios de nuestras vidas. Algunos se empeñan en que Dios debe salir de los lugares públicos, de los colegios, de las decisiones políticas, etc y son los mismos que paradójicamente nos preguntan por su presencia. Nos dicen que la fe sólo hay que vivirla en casa pero ante estas circunstancias exigen su presencia.
Cristo está vivo y basta mirar como en su nombre o en el nombre del amor al prójimo muchos se han levantado para ayudar al que está sufriendo. En los lugares que incluso hay escasez de recursos han renunciado a sí mismos para dar algo al que lo necesita. Son muchas las manos que generosamente han llegado a estos lugares sólo para ayudar y colaborar con el que ahora lo requiere más. ¡Ahí está Dios!, ¡Ahí está su mano!, ¡Ahí está vivo y resucitado!
Hoy con orgullo podemos levantar la cabeza cada uno de los que somos creyentes y decir con alegría ¡"miren ahí está, en esos jóvenes que colapsaron las calles para ir ayudar, en esos niños que llevaron alimentos, ropa a sus colegios, en los acopios que se hicieron en las parroquias y en los bomberos. ¡Ahí está ese mismo Cristo que fue crucificado y nos piden crucificar en lo cotidiano!.
Hoy es el día de nuestro Dios, del Dios vivo, de ese que habita en la hostilidad, en el desencanto, en todas partes. Hoy es un día para celebrar, porque a pesar del dolor que hemos vivido, tenemos la certeza de su presencia.
Psicóloga Máster en Psicopatología, Obispado de Chillán.