Después de largos años en el Sur de Chile, el experimentado arreglador, Patricio Navarro, se apresta a cumplir su segunda temporada en Ñuble, luego de un fructífero paso por la zona, que le permitió estar en Clasificatorios y en Rancagua. Navarro cuenta los motivos que le trajeron a esta Asociación, puntualmente al Criadero Doña Ena.'Bueno, ha sido un desafío, nos vinimos definitivamente con mi señora, ella es de esta zona, queríamos estar más cerca de la familia. Yo también tengo una hermana por aquí cerca. El deseo de buscar mejor clima también fue una razón, estoy contento de estar acá, muy cómodo y doy gracias a Dios y debo agradecer a don Alvaro que me haya tomado como integrante de su criadero, en donde hay hartos caballos, muchos caballos encerrados, estamos trabajando varios', dijo Navarro.
-'Sin duda, es lo que nos gusta, trabajarlos, es lo que sabemos, aunque en esto nunca se termina de aprender'.
'Sí esa es la idea, es como la prueba de fuego presentar caballos nuevos, ahí se ve si uno sabe o no sabe, porque en esto hay que darse el tiempo para irlos formando'.
'Por supuesto, hay que dedicarle mucho tiempo a cada caballo, en la medida que los caballos vayan presentando algunas dificultades, hay que dedicarles más tiempo, para irlos puliendo y sacarle los detalles'.
'Es mejor empleado, porque en forma particular hay que darle en el gusto a todos, y son diferentes, no es una buena opción, cuando uno lo hace como particular, es empleado y patrón, en cambio como empleado, uno presta sus servicios al empleador, trabaja menos presionado, tal es el caso con don Alvaro Gatica, con quien es un agrado trabajar. Le entrega la responsabilidad a uno, y uno tiene que esforzarse más, para responder a la confianza, es una persona que no está encima vigilando el trabajo. Lo importante es entregar resultados, estos se verán al término de la temporada, porque esto nunca es como empieza, sino como termina'.
'El año 1993 en el criadero La Taquilla con don Alejandro Alvariño, llegando a Rancagua con él y mi hermano 'Titín'. Yo trabajaba con mi papá, trabajé hartos años con él, hasta que me casé, me separé un poco de ellos y comencé a trabajar caballos con mi papá y también empecé a correr, creo que me comencé a formar con él, con mi papá al lado, lo hecho mucho de menos, tenerlo cerca sería ideal'.
'Siendo importantes varias cosas, me inclino por la velocidad, porque un caballo rápido tiene todas las de ganar, no tiene que ir alcanzando el toro, lo va acompañando'.
'Dos veces, con 'Titín' y don Alejandro Alvariño, con dos colleras, el 'Amuleto' y el 'Mañungo', y una collera de yeguas, la 'Estampa' y la 'Estela', la otra vez fui con mi cuñado, Cristhian Dinamarca, en el 'Ñipa' y el 'Contimaz', dos potros formidables, después de eso, sólo Clasificatorios'.
'Trabajar, trabajar, trabajar. No hay otro, además enseñarles la técnica a los caballos, cuando ellos ya han asimilado esa técnica, cuando la dominan plenamente, uno puede pedirles'.
Triple jornada de rodeo