Agroseguro, cambio de nombre no es suficiente
El reciente anuncio del gobierno en orden a masificar la cobertura del seguro agrícola, ahora Agroseguros; sin lugar a dudas responde a una necesidad del sector que durante años ha reclamado por una institucionalidad más potente y con mayor visibilidad que fomente la competitividad y la sustentabilidad de mercado alimentario en el país. Sin embargo, lo indicado por la máxima autoridad de la cartera todavía deja fuera a parte importante parte de nuestros agricultores y pareciera ser apenas un simple cambio de nombre. Lo anterior, debido a que aún existen productos como las viñas que continúan sin aseguramiento en nuestra región, donde cabe recordar, existen alrededor de 7000ha País y 9000ha Moscatel, que año a año deben enfrentar los riesgos de heladas primaverales y las lluvias antes de cosecha, situación similar viven los berries. En definitiva, mientras esta situación siga vigente, poco podemos hablar de un avance. En los últimos años nuestra agricultura ha tenido que sortear las inclemencias del tiempo teniendo como aliado a un Ejecutivo con variados impedimentos burocráticos, poco activo y con escasas herramientas de apoyo. Por ejemplo Declarar zona de catástrofe para poder entregar fardos a los pequeños agricultores que han perdido toda su producción, no responde a una estrategia integral. Y es que el llamado de nuestros productores ha sido siempre entregarle mayor certidumbre a su trabajo, y desde ese punto de vista, sus necesidades siempre han estado sobre la mesa; no obstante las señales que se han dado en estos meses continúan estando al debe. Debemos ser ambiciosos en materias agrícolas y apuntar a recuperar volúmenes de producción que se dieron en el pasado, empezando quizá por asegurar en parte, el abastecimiento de alimento del país. Cuando importamos la mitad de la azúcar, de la carne, del trigo y del arroz que producimos es evidente que queda mucho por hacer.
En Europa y otros países, el aseguramiento de la alimentación es una estrategia geopolítica eso es lo que esperamos del ministerio de agricultura, en nuestra zona hemos perdido cultivos como las lentejas o las oleaginosas por otros rubros económicos que han tenido más lobby y por ceder en temas como los de las bandas de precios, por presiones externas. La agricultura tradicional es el patio trasero de la economía como se ve con las perforaciones permanentes a las bandas, como ocurrió con el maíz partido, o productos que pasan las aduanas como mezclas, la institucionalidad es lenta y no reacciona a tiempo. Hoy se requiere una tarea multidisciplinaria, que no sólo se enfoque en mayores recursos, sino también en capacitar y promover más herramientas que permitan transformar a la agricultura en un mercado estable, que de mas certezas que incertidumbres y en que promueva su crecimiento.