Educación sexual en la provincia
Una de las preocupaciones mayores, tanto de los padres y apoderados, como también de los profesores, es cómo orientar a los menores o adolescentes acerca de la sexualidad, todo esto cuando el mundo actual les ofrece a través de internet un sinnúmero de imágenes y sensaciones que podrían distorsionar su concepción del tema. Los sicólogos llaman especialmente a hablar del tema abiertamente, ya que los menores logran advertir las inseguridades de sus padres o las explicaciones demasiado exageradas. También se orienta a los padres que la sexualidad debe abordarse de manera natural desde la niñez, dejando de lado los tabúes, que sólo lograrán sembrar dudas que buscará llenar entre su entorno más cercano o las redes sociales. En la actualidad, el acceso a internet y redes sociales hacen que los menores estén recibiendo muy tempranamente mensajes de alto contenido sexual que puede afectar su formación. Un ejemplo de lo anterior ocurre en los establecimientos educativos, donde existen casos en que menores expresan su sexualidad con sus compañeros, a veces de manera inadecuada, lo que indica una necesidad de encausarlos mediante la educación. Un indicador interesante de analizar es el de embarazo adolescente. En la provincia de Ñuble, el año 2009, se convirtieron en madres 1.211 menores de 19 años. En tanto que en 2013, esa cifra logró reducirse a 958, algo que también se logró en el tramo de embarazos de niñas de entre 15 y 19 años. Lamentablemente, entre las niñas de 14 años la tendencia se ha mantenido. Aprovechando el Día Mundial de la Prevención del embarazo en jóvenes, se difundió el programa Joven Sano, que permite que profesionales del área se acerquen a los colegios o centros comunitarios tanto para imbuirlos en el tema de manera adecuada como también para detectar factores de riesgo que pudieran venir de su entorno familiar. En materia de salud, el gobierno se ha propuesto bajar un 10% los embarazos adolescentes al año 2020, una meta que requiere además de programas dirigidos como éste, de una educación más permanente en el ámbito escolar y familiar. Ello debiera privilegiarse, aunque el gobierno también se ha planteado el incentivar el uso del preservativo, como mecanismo de prevención. Sin embargo, ello no resuelve la necesidad de orientar a los más pequeños sobre cómo canalizar adecuadamente los mensajes sexuales que reciben a diario de la televisión, internet o redes sociales.