Ñuble ha sabido potenciar sus atributos de invierno. La nieve y la cordillera fueron una vez más, durante el mes de julio de 2014, uno de los ganchos que atrajeron más visitantes a la Región del Bío Bío y permitió que la ocupación promedio se ubicara en torno al 43%, la más alta de las cuatro provincias.
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), conocidas esta semana, los establecimientos de alojamiento de la región recibieron 33.476 chilenos (91%) y 3.312 extranjeros (9%), destacando entre estos últimos los viajeros procedentes del continente americano (69,1%), Brasil y Estados Unidos, seguido de los europeos (21,9%), de España e Italia, preferentemente. En cuanto a los compatriotas, la mayoría provino de la Región Metropolitana (55,7%) y el restante de la Región del Biobío (18,6%).
Ñuble fue la segunda provincia de su preferencia (30,7%), después de Concepción (53%) y Ñuble (30,7%), y en menor medida llegaron a las provincias de Biobío (15,1%) y Arauco (1,2%).
En promedio, los turistas pernoctaron 2,2 noches en la región, 6,2% más tiempo de estadía que en julio del año pasado. Todo lo anterior, permite observar que la oferta del turismo invernal está suficientemente consolidada, con los destinos de Valle de Las Trancas y los centros de ski de Nevados de Chillán y Termas de Chillán.
No obstante, la provincia tiene todavía una oferta que está recién posicionándose en el mercado, vinculada al enoturismo. Los vinos del Valle del Itata, que han ganado cada vez más prestigio entre los consumidores internos y del exterior han interesado a inversionistas como Miguel Torres, que ya ha adquirido un terreno próximo al río Ñuble para crear un complejo para fomentar este tipo de turismo de negocios y placer. La presencia de viñas como Errázuriz o la exitosa apuesta de Viña Chillán también permiten pensar que este crecimiento aún es mínimo para el que podría lograrse, con el apoyo no sólo del sector privado sino que con una apuesta gubernamental para fomentar esta área de desarrollo. En momentos en que el gobierno regional planifica su estrategia de desarrollo para los próximos años, es importante pensar que la estrategia turística no puede estancarse; por el contrario, tiene un campo productivo para fortalecerse, de la mano también del agroturismo, patrimonial con su arquitectura y sus fiestas costumbristas, con el turismo histórico y también el cultural, todos ámbitos en los cuales Ñuble tiene mucho por enseñar.