No escribo esta crónica por referencias, sino como testigo. Tenía 14 años entonces; como adolescente, ya tenía opinión y capacidad para evaluar lo que estaba viendo y sintiendo. De hecho el terremoto del 24 de enero de 1939 de Chillán (intensidad 8.1) no es el único que he vivido y, por lo tanto, me da el conocimiento y la experiencia para hacer comparaciones. El terremoto del 22 de mayo de 1960 en Valdivia, fue el más violento de cuantos se registran en el mundo (intensidad 9.5). El tercer terremoto fuerte que vivimos, es el ocurrido el 27 de febrero de 2010 (intensidad 8.8)
Sin embargo, el que causó más daño, el más trágico, fue el nuestro. Nunca supimos ni sabremos si fueron 20 ó 30 mil los muertos. Seguramente el número debe estar entre ambas cifras. Nos perjudicó la hora (medianoche) y el tipo colonial de construcción que teníamos. Nos traicionó el adobe, que siendo un material noble para la construcción de casas, depende de cómo deben ser colocados para constituirse como murallas o paredes.
Con respecto a aquel terremoto que hace 76 años nos abrumó la vida, recordaré dos hechos, uno terrible y otro amable. El terrible, fue cuando vi como la policía ajustició a un hombre, que se había salvado de la furia telúrica, por haber sido sorprendido portando un saco, cuyo contenido eran dedos y orejas, sacadas por ese individuo, coleccionista de anillos y aros, que de ese modo sustraía a los cadáveres. Había Estado de Sitio y por ello no mereció el perdón de las autoridades. Esa es la nota sensible, que no he olvidado a pesar del tiempo transcurrido.
La nota amable la protagonizó el Presidente de la República, el profesor y abogado Pedro Aguirre Cerda- Se había hecho cargo de la Presidencia el 24 de diciembre de 1938, exactamente un mes antes de la gran tragedia. Yo era muy joven, pero me impresionó verlo caminando sobre los escombros, viendo que se podía hacer ante tanta destrucción. Pues allí, junto a sus asesores, varios de ellos lo acompañaban desde Santiago, crearon el proyecto, que pronto sería la Corporación de Reconstrucción y Auxilio y la Corporación de Fomento a la Producción. El Presidente Aguirre Cerda, viajó a Chillán, la misma noche del terremoto y cuando la prensa anunciaba que Concepción era la víctima y hacia allá se estaban enviando médicos y materiales, Don Pedro clarificó que era Chillán la víctima mayor. "Las últimas Noticias", del 25 de enero (que tengo en mi poder) debió rectificar sus mensajes. Dos años después, el 24 (otra vez el 24) de noviembre falleció ese gran mandatario. ¡Honores para él que tanto bien nos hizo!
Por Carlos René Ibacache I.