Son variadas y diversas las problemáticas que afectan al sector salud en la provincia de Ñuble. La escasez de personal médico para atender la alta demanda de la población, la aún más escasa oferta de médicos especialistas, problemas con la atención de usuarios tanto a nivel de salud primaria comunal como hospitalaria, trato deficiente hacia los enfermos, en fin.
Solamente en Chillán -pues en comunas rurales se agrava el escenario- se manifiesta un sentimiento de molestia hacia el actual sistema de salud que no tiene que ver con su concepción, sino que con su aplicación. Los reclamos se suman y han llegado hasta los parlamentarios, que recién están comenzando a dimensionar la situación y tomar cartas en el asunto.
En este contexto surge una información que viene sin duda a ahondar todavía más la alicaída concepción de la salud en la comuna. De acuerdo a una solicitud vía Transparencia Activa, la Municipalidad de Chillán reconoció que en los últimos seis periodos, esto es desde el año 2010 a la fecha, nunca se ha sometido a la aprobación del Concejo Municipal el Plan de Salud Municipal, incumpliendo de esta manera con lo que establece la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades.
Esta normativa establece que antes del 10 de septiembre de cada año, cada administradora de salud municipal debe comunicar su programa de salud, el que debe enmarcarse en las normas técnicas que entrega el propio Ministerio de Salud, para su aprobación en el Concejo Municipal. Posteriormente, dicho programa debe ser remitido por el alcalde al Servicio de Salud respectivo antes del 30 de noviembre. El servicio podrá hacer observaciones a dicho plan y en caso de oposición se debe conformar una mesa junto al Seremi de Salud respectivo.
En este aspecto, la falla es generalizada. Ni el departamento de Salud presentó un programa al Concejo, ni tampoco el Servicio de Salud realizó observación alguna, ni menos la Comisión de Salud que preside el médico socialista Carlos Hernández se percató de esta grave omisión.
Pero el problema no queda ahí. Según antecedentes recogidos por , en la provincia son seis las comunas en similares condiciones, es decir que no cumplen con lo más básico que es desarrollar una herramienta de planificación y ordenar los recursos para enfrentar la atención primaria, que es la puerta de entrada a las garantías AUGE. Por el contrario, una inadecuada planificación lleva a las falencias que hoy exhibe como penosa realidad muchos consultorios y Cesfam de la provincia.