La prensa y la crítica han mostrado un evidente favoritismo hacia dos cintas chilenas que han sido ovacionadas en el Festival Internacional de Cine de Berlín. "El club", del cineasta Pablo Larraín y "El botón de nácar", de Patricio Guzmán, se han llevado los aplausos en el certamen que hoy definirá al ganador del Oso de Oro.
Pero las candidatas chilenas tienen que enfrentarse a fuertes contendoras para alzarse con el máximo galardón de la Berlinale, que este año tuvo una fuerte presencia latinoamericana.
La revista del festival "Screen" , y en general la prensa local ha mostrado una fuerte preferencia en las votaciones por ambas películas chilenas. Pero también lo ha hecho por la cinta "45 Years", del británico Andreas Haigh.
La película cuenta con una destacada interpretación de la actriz británica Charlotte Rampling ("La duquesa") quien lidera esta historia acerca de un matrimonio desgastado.
La historia comienza cuando una pareja se apronta para celebrar sus 45 años de aniversario de matrimonio. Quedan cinco días para la esperada fiesta y el marido recibe una carta que le informa que su primer amor fue encontrada muerta y congelada en los Alpes suizos.
Eso desata una crisis en el matrimonio que podría no tener nada que celebrar al cumplir los 45 años juntos.
Otra cinta que suena como una fuerte opositora a las chilenas es "Ixcanul". Esta película tiene la particularidad de que es la primera de origen guatemalteco que participa en el certamen, en su versión 65, y que ha sido una de las más comentadas por la crítica.
El filme, que es la ópera prima de Jayro Bustamante, fue rodado en la lengua maya kaqchikel, que se habla en Guatemala, y es un crudo retrato de la discriminación que sufren los indígenas.
La palabra ixcanul, del maya, significa volcán. Y es que esta historia transcurre a los pies del Pacaya, donde María (María Mercedes Coroy) es una joven de 17 años que vive con sus padres, que han prometido darla en matrimonio al capataz de las tierras en que trabajan.
Pero María sueña con conocer el mundo que hay más allá del Pacaya y se encuentra con un joven jornalero que le habla de Estados Unidos. La joven se entusiasma y seduce al hombre para que la lleve con él.
Eso desata una serie de consecuencias para María y su familia, en un drama con un giro inesperado que ha encantado a la crítica en Berlín.
La tercera contendora de las candidatas nacionales es dirigida por un conocido de la crítica. Se trata de "Eisenstein in Guanajuato", el filme de Peter Greenaway que fue rodado en México.
La película muestra al célebre director soviético Serguéi Eisenstein, quien tras su celebrada "El acorazado Potemkin", es invitado a Estados Unidos, siendo rechazado por Hollywood y por los sectores más conservadores de ese país.
Así fue que el cineasta viajó en 1931 a México y se entusiasmó con filmar una película por estadounidenses pro comunistas.
Ese viaje se supone que marcó un antes y un después en la carrera de Eisenstein, que se abrió a vivir en plenitud su homosexualidad y dejó inacabado un trabajo que incluía más de 400 kilómetros de celuloide rodado.
La cinta muestra a un Einsenstein, excéntrico, decadente y virgen, que es un ser que le habla a su pene, goza exhibiéndolo y también dibujando genitales, pero que no salió del clóset.
Un joven talento en competencia, el alemán Sebastian Schipper, aportó al festival un nuevo lenguaje cinematográfico, con una película rodada como una secuencia única, donde todo gira alrededor de una joven española, "Victoria", papel interpretado por Laia Costa.
La película esuna toma de 134 minutos en los que la protagonista pasa por 22 lugares distintos, en una noche de fiesta por Berlín en la que se verá por causalidad involucrada en un robo bancario.
Pese a que se enfrentan a grandes contendores, hay dos cintas chilenas que han sonado fuerte como favoritas en la Berlinale. La primera de ella es "El club" del director Pablo Larraín ("No"), que cuenta la historia de cuatro sacerdotes recluidos alejados de sus funciones religiosas por diversos pecados. La otra es "El botón de nácar", de Patricio Guzmán, un documental que realiza una metáfora entre el agua del océano como recurso vital y los cuerpos detenidos desaparecidos que fueron arrojados al mar durante el régimen militar.