La Presidenta Michelle Bachelet entró ayer en la controversia generada por los precios de los textos escolares en el mercado, llamando a los colegios municipales y particulares subvencionados a usar los libros entregados por el Ministerio de Educación y defendiendo la calidad de éstos.
En medio del inicio del año escolar, la Mandataria aseguró que para este periodo su administración realizó "un enorme esfuerzo" para comprar 17 millones de textos, los que fueron repartidos de forma gratuita. Sin embargo, existen establecimientos que rechazan estos libros y piden otros similares a los padres y apoderados.
El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, afirmó que "no hay ninguna razón para que los colegios estén pidiendo libros o útiles escolares, salvo que no lo hayan recibido". Por ello, hizo un llamado a que "la familia defienda sus derechos, además la ley les permite perfectamente rechazar esa obligación. Tiene que ser voluntario".
Bachelet sostuvo que los textos que entrega el Gobierno son "de gran calidad y contribuyen a que la familia ahorre dinero en meses que son muy difíciles".
El titular de Educación complementó que "según los mejores expertos, los textos escolares del Ministerio son tan buenos como el mejor", y anunció una fiscalización a partir del próximo año sobre el material que se exige a los estudiantes en sus colegios. "Me voy a preocupar personalmente de que todos estos temas de la famosa bomba de marzo, los uniformes, los textos escolares, los útiles, el que tengan que llevar hasta estos aspectos de limpieza e higiene, eso no puede ser".
"Eso lo vamos a fiscalizar este otro año con particular ahínco, así que los padres defiendan sus derechos. Los textos escolares son gratuitos y la mayoría de las veces los útiles escolares también llegan gratuitamente, tenemos que avanzar en el futuro hacia los uniformes", agregó.
Las declaraciones del Gobierno llegan luego que la Feria Chilena del Libro decidiera no vender textos escolares en sus sucursales, argumentando que éstos "son cada vez más caros, sin ninguna razón concreta" y que "existe un alto índice de piratería".
"Creemos en la entrega gratuita de los textos en todos los colegios de Chile; no estamos de acuerdo con las condiciones comerciales por la venta de estos textos. Esto surge también porque muchos establecimientos, a pesar de contar con los textos proporcionados por el Estado, exigen otros libros para poder realizar sus clases, lo que significa un gasto extra para los apoderados", sostuvo la librería en un folleto entregado a sus clientes.
Los diputados de la UDI e integrantes de la Comisión de Educación de la Cámara, María José Hoffmann y Romilio Gutiérrez, ingresaron un proyecto de resolución a través del cual solicitaron al Gobierno rebajar el impuesto que grava a los libros de estudio. "Nuestro objetivo es que los ministerios de Educación y Hacienda incluyan dentro de las políticas tributarias una rebaja al impuesto de estos textos, a fin de generar una ayuda concreta y real al bolsillo de miles de familias chilenas que incurren en cuantiosos gastos por este concepto", explicó Hoffmann.