Si bien las expectativas de los organizadores eran altas, esta última versión de la Fiesta Patrimonial de la Vendimia 2015 superó todos los pronósticos avalados por la asistencia de más de diez mil personas que llegaron, este último fin de semana, para participar de los show que se ofrecieron en un escenario levantado en el frontis de la gobernación, y que tuvo como corolario el triunfo de la sancarlina Daniela Saldías como la nueva monarca de esta tradicional fiesta de nuestra provincia. Y es que no solo la presentación del cantante nacional y animador Luis Jara estuvo a la altura del evento, sino también la preparación realizada por cada una de las candidatas que mostraron al público elaboradas coreografías y con simpatía participaron de cada una de las actividades que realizaron durante la última semana para alcanzar el puntaje necesario que les permitiera alzarlas como la soberana que sucedería a la chillaneja Marisol Vargas, reina de la Fiesta de la Vendimia 2014. Los lectores de fueron protagonistas directos de esta versión de la festividad y respondieron al llamado a votar por su candidata favorita depositando los cupones que venían en cada edición de nuestro matutino para elegir a la reina de la popularidad. La Fiesta de la Vendimia también logró ser publicitada a nivel nacional con la comentada participación del alcalde de Chillán, Sergio Zarzar, en el matinal de Mega 'Mucho Gusto'. Más allá de los comentarios a favor o en rechazo que se tomaron las redes sociales, lo cierto es que Chillán volvió a hacer noticia por algo positivo y los frutos de esto también se respaldan en las cuentas alegres que sacaron en cada uno de los stand que integraron la feria productiva, que desde el viernes se emplazó en el Paseo Arauco y la Plaza de Armas, instancia que también significó una promoción de los productos locales. Un éxito que no se puede desconocer, como también a uno de sus artífices, el fallecido director de Turismo, Raúl Godoy, quien cimentó el camino para lograr posicionar a nuestra ciudad a nivel nacional y nutrirla de actividades de primer nivel.

Las condiciones de salud que enferman a los chilenos se han desplazado de las enfermedades agudas infecciosas, a las enfermedades crónicas. Hoy, la mayoría de las personas mayores de 50 años sufre de diabetes, hipertensión arterial, obesidad, depresión, artrosis, cáncer o incluso combinaciones de ellas. El pronóstico de estas enfermedades depende de un adecuado acceso a medicamentos, centros de salud, especialistas y exámenes de laboratorio, como se repite incesantemente. Sin embargo, la enfermedad crónica tiene una particularidad: requiere que quienes la sufren asuman una responsabilidad en su manejo. La limitación mayor para esta colaboración empoderada depende del nivel educacional alcanzado por los enfermos, su familia o quienes les cuidan. Una encuesta reciente de IPSUSS confirma que la capacidad de participar en el propio cuidado está muy limitada para quienes completaron solo Educación Básica, y como hay una alta correlación, entre quienes son más pobres. El 9% de quienes alcanzaron Educación Superior califica su salud como 'mala', mientras el 20% de quienes tienen solo Educación Básica le da el mismo adjetivo. El 23 versus el 47% no entiende lo que el médico le explica; el 20 versus el 54% no puede encontrar información sobre la enfermedad que le aqueja; el 30 versus el 44% no entiende la información que viene con los medicamentos. Es ciertamente necesario aumentar el acceso a servicios de Salud, pero pareciera también esencial mejorar una política que eduque a quienes ya tienen una enfermedad crónica para que pasen de un estado de pacientes-pasivos a agentes-activos. Se ha demostrado que esto es posible y las iniciativas en marcha en nuestro país son crear una Programa de Paciente Empoderado con talleres donde se aprende practicando, por ejemplo, a distribuir adecuadamente las dosis de los medicamentos a lo largo del día; o a ejercitar la memoria, o a prevenir accidentes en el hogar; para culminar con el establecimiento de una Red de Escuelas de Pacientes, donde líderes de la propia comunidad se capacitan para resolver dudas simples y frecuentes, así como en incentivar la adherencia a tratamientos y controles.

Debemos evitar, hasta donde sea posible, transformarnos en un país pobre, viejo y enfermo.