Consecuencias de los incendios
De acuerdo con la Corporación Nacional Forestal (Conaf), la Región del Biobío ha tenido una de las peores temporadas de incendios de bosques de los últimos 21 años, al registrarse 3.569 siniestros que consumieron 34.498 hectáreas en la temporada 2014-2015.
Como lo ha señalado el director regional, Jorge Morales, la ocurrencia de incendios forestales fue un 24% superior a los ocurridos en el periodo 2013-2014, y la más compleja en dos décadas. Asimismo, la superficie quemada fue 75% mayor al verano del año pasado. Si bien cada año la temporada de siniestros va de septiembre a abril, en esta ocasión aún han ocurrido algunos fuegos, debido a quemas agrícolas que se salen de control. La autoridad ha destacado que una de las causas del incremento en los siniestros forestales ha sido la intencionalidad, en zonas rurales y urbanas colindantes a bosques. Es por ello que el Gobierno Regional y Conaf presentaron 20 querellas contra quienes resulten responsables, las que se están investigando. Se recordará que el Congreso Nacional aprobó en marzo de 2013 la ley 20.653, que elevó las penas a quienes intencionalmente o por negligencia causan incendios forestales, aunque por su naturaleza es difícil de comprobar. El cuerpo legal también sanciona con severidad a quienes usen fuego en áreas protegidas y a quienes realicen limpieza de terrenos sin permiso de la autoridad, mediante el uso de fuego. También incidieron el clima seco imperante en la zona y las tormentas cordilleranas en Ñuble y Biobío. Entre éstos, el más complejo fue el de la Reserva Ñuble, que tardó un mes en ser controlado.
Estas son catástrofes que año a año afectan a extensas zonas de nuestro territorio y a miles de personas que viven, trabajan o hacen turismo en esos lugares. Tienen también un elevado costo económico para el país. La principal causa de los siniestros de bosques no es de tipo climática sino producida por el hombre, ya sea en forma intencional o por negligencia en su actuar, lo que causa graves daños al patrimonio nacional y a la naturaleza.
Cada año, el gobierno (Conaf) y las empresas de la madera y la celulosa despliegan sus medios técnicos y humanos, pero la mejor prevención es que cada persona tome conciencia de la necesidad de evitar estos siniestros y proteger la flora y fauna de Chile.