Comportamientos dignos
Por lo general, tienen públicamente más resonancia las conductas indignas que las dignas. Ha de ser porque las primeras son negativas y por ello hacen más ruido. Si quisiéramos poner ejemplos, nos faltaría papel para consignarlos.
En esta ocasión me interesa comentar un comportamiento del cual fui protagonista sin quererlo: perdí mi billetera, con pocos billetes, pero con muchos documentos valiosos, como carnet de identidad, de salud, alguna fotografía familiar, alguna tarjeta de visita importante o alguna tarjeta bancaria o comercial. Más que billetera algunas personas son como archiveros documentales. Como quiera que sea, perderla o extraviarla, es un buen problema. Eso fue lo que me aconteció.
Mi billetera la coloqué mal en el bolsillo interior de mi vestón y fue a dar en el suelo de la vereda por donde caminaba. Allí la encontró la profesora Ivonne Ojeda, docente de la Escuela México. Ella la recogió y cuando retornó a su hogar, le comentó el hallazgo a su esposo. Y fue él quien acudiendo al carnet de identidad que encontró en mi billetera, conoció mi nombre. En seguida, fue a la Guía Telefónica, donde encontró el número de mi teléfono y me llamó. En ese momento me di cuenta que no tenía en mi cartera mi billetera. Me sugirió que la fuera a buscar a la Escuela México. Me dio el nombre de su esposa y me indicó la hora más adecuada para tal diligencia.
Fue lo que hice y asunto concluido. Le di las gracias a la profesora Ojeda y por su intermedio a su esposo, por su gestión. Pienso que son muchas las personas que no se toman la molestia de hacer llamados como éste. Son casos de excepción y por ser eso, vale la alegría hacerlos público.
Al consignar este caso en esta crónica, lo que pretendo, es ponderar este comportamiento y transformarlo en mensaje para quienes en una situación similar actúen del mismo modo, ocupando un poco de su tiempo y pensando en la realidad de quienes son víctimas de pérdidas tan importantes y tan frecuentes de hechos como éste.
La reacción de este matrimonio no sólo acusa honestidad y honradez, sino esencialmente espíritu de apoyo y solidaridad. Para ambos mi gratitud y para el público lector un ejemplo digno de ser imitado.
Por Carlos René Ibacache I.