Argentina se prepara para su segunda huelga general convocada para mañana
paro. La medida de fuerza paralizará el servicio de transporte público y se sumaron otros gremios de trabajadores.
El sindicalismo argentino opositor al Gobierno de Cristina Fernández prepara su segunda huelga general en el año, prevista para mañana, contra un límite en las negociaciones salariales y el impuesto a las ganancias.
La medida de fuerza paralizará el servicio de transporte público. Al paro por 24 horas, convocado por los gremios del transporte, se sumaron los dos sectores opositores de la Confederación General del Trabajo (CGT,) así como el ala opositora de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA).
Los gremios reclaman paritarias libres, en contra del aumento máximo del 27% que estableció el Ejecutivo y que fue avalado por la facción oficialista de la CGT. También demandan la subida del piso a partir del que los trabajadores con salarios altos pagan el impuesto a las ganancias, actualmente ubicado en unos US$ 1.664.
"No hay ningún tipo de posibilidades de que unilateralmente se pueda arreglar y se levante la medida", sostuvo ayer Luis Barrionuevo de la CGT.
El dirigente apuntó también contra Fernández y aseguró que el tema "lo resuelve la Presidenta", ya que "la recaudación más grande que tienen en el estado son la que le sacan a los trabajadores", en referencia al impuesto a las ganancias.
El Gobierno argentino no se ha mostrado flexible sobre la posibilidad de subir ese piso, aunque recientemente anunció una reducción de la tasa que deben pagar quienes ganan entre 15.000 pesos (US$1.664) y 25.000 (unos US$2.774).
"El Gobierno debe entender que con la salud y el estómago no se jode", dijo el viernes el líder de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, a Radio 10.
Con la medida de fuerza "se plantea la unidad de acción entre las centrales sindicales dispuestas a luchar contra el ajuste que repercute en el bolsillo de los trabajadores y el creciente estado inflacionario", sostuvieron en un comunicado desde la delegación porteña de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE).
Sin embargo, Hugo Yasky, líder de la CTA afín al oficialismo, consideró que el paro "tiene un objetivo político contra el Gobierno" y "lleva a los trabajadores a escupir contra el viento".
En año electoral y a seis meses de finalizar su segundo mandato, Fernández enfrentará la segunda huelga general en el año y la quinta desde que asumió.
Desde el Gobierno, distintos funcionarios cerraron filas contra el paro y cuestionaron a los gremios. El ministro ade Interior y Transporte, Florencio Randazzo, calificó la huelga como "un despropósito".