Para cualquier persona pasar de la niñez a la adolescencia es complejo. Sobre todo cuando se ponen en juego las emociones, como le sucede a Riley, una niña de 11 años que debe abandonar su ciudad natal (Minnesota) porque su padre ha conseguido trabajo en San Francisco. Esta historia es el que da origen a "Intensa-mente", la cinta de Disney-Pixar que llega mañana a las salas de cine nacionales y el viernes a EE.UU.
Alabada por la crítica y ovacionada por el público en el pasado Festival de Cannes, donde fue exhibida fuera de concurso, la película es una de las más conceptuales que ha realizado el estudio, ya que muestra lo que sucede en el cerebro con emociones como la alegría, la tristeza, el temor, la furia y el desagrado. Y para eso su director Pete Docter (ganador del Oscar por "Up") se hizo asesorar con neurólogos, sicólogos y siquiatras.
Ayuda científica
"Sentí una gran responsabilidad (para ser preciso)", dijo el también realizador de "Monsters Inc.". Por eso, ha confesado a la prensa que "esto me frenó por un tiempo mientras tomaba decisiones. Recuerdo estar preocupado en mi oficina, como diciendo... ¿qué pasa si lo retrato mal?".
Sin embargo, el resultado dejó satisfechos a los científicos. Ese es el caso del profesor de psicología Dacher Keltner de la Universidad de California en Berkeley, experto en el estudio de las emociones y quien asesoró a Pixar: "Hicieron un trabajo fiel y se esforzaron por pensar dentro de los límites de la película sobre lo que la ciencia de la emoción ha revelado a nivel fundamental''.
"La película sugiere que, de alguna manera, todas las emociones tienen su propósito, y es muy acorde con los estudios científicos recientes", agregó.
Aunque, finalmente, la precisión científica adquirió un papel secundario en la historia, ya que "no queríamos hacer algo que llevara a la gente a reírse de nosotros, pero realmente nos tomamos ciertas libertadas y ampliamos los límites'', sostuvo Docter.
Respecto a lo mismo, Keltner acotó que "del 1 al 10 le daría un 9" en cuanto a la precisión, y consideró que la ciencia que presenta es lo suficientemente exacta como para que la conmovedora historia pueda influir en cómo la gente percibe sus emociones. "Denigramos las emociones, y esta película dice: las emociones son la forma en la que vemos el mundo y cómo nos relacionamos con otra gente'', comentó.
El cuartel general
Si bien el realizador partió con la idea de tener a la niña de 11 años como protagonista, lo cierto es que ella se convirtió en el escenario, ya que la trama transcurre en el Cuartel General, el centro de control de la mente de Riley, desde donde las emociones la asesoran en su vida cotidiana.
Todo parte cuando Riley se molesta porque su familia se muda, obligándola a dejar atrás a su mejor amiga, su equipo de hockey y se ve en la obligación de ir a una nueva escuela. Dentro de su cabeza, Alegría suele dirigir al resto de las emociones, pero Tristeza asume el control tras la mudanza.Mientras la primera lucha por recuperarlo, ambas se pierden en los recovecos de la mente de Riley, por lo que Temor, Furia y Desagrado tienen que hacerse cargo de la mente de la chica, quien luce molesta y huraña ante el mundo exterior.
Una de las características de la película es que los cinco protagonistas logran que los espectadores transiten y entiendan procesos fascinantes de la mente humana como la manera en que se almacenan los recuerdos de largo y corto plazo, así como el funcionamiento de la creatividad y de los sueños.
"Cuando comenzamos a hablar de estos personajes, sabíamos que eran emociones. Y entonces imaginamos cómo se podrían representar: ¿pequeñas personitas, títeres, simpáticos monstruos? Y una de las ideas que surgió de nuestro departamento de arte, además de humanizarlos, es que eran energía y por tanto debían llevar, además del color, algo de luz", comentó Jonas Rivera, productor de la película. En este punto, los colores de los sentimientos entran a jugar un papel definitivo para que los niños y adultos puedan identificar los recuerdos, que en forma de bolas de cristal luminosas, viajan por futurísticas autopistas, dentro de esa gran fábrica que es la mente.
94
minutos dura la cinta, que ayer tuvo su preestreno en algunas salas de cines chilenos.