La tragedia carretera que enlutó a un jugador del Rojo
historia. El año 1977, el delantero uruguayo Carlos Sintas, volcó su vehículo en el puente Torrealba cuando volvía de las Termas, falleciendo una mujer.
Ñuble estaba de fiesta. Por primera vez el equipo de fútbol que los representaba, Ñublense, llegaba a la Primera División del fútbol nacional el año 1977. Para cumplir un buen torneo, el presidente de turno, Pedro Guzmán, armó un equipo de experimentados en la división.
Héctor Salinas, Mario Cerenderos, Oscar Roberto Muñoz, Hugo Solís, entre otros, se sumaban al equipo de Orlando Aravena (terminó dirigiendo Enrique Hormazábal). A ellos se sumaba el delantero uruguayo Carlos Sintas, quien el año 74 había sido el pilar de la campaña de Huachipato, elenco que se coronaría campeón.
En aquella campaña, los Diablos Rojos finalizaron en el puesto 13 con 28 puntos, eso gracias a los 8 duelos ganados, 12 empatados y 14 perdidos, en una campaña donde anotaron 46 goles. Carlos Alberto Sintas y Muñoz en ofensiva, eran una dupla de temer. El 6 de febrero del 77 por Copa Chile, Ñublense golea a Iberia 6-1, partido recordado porque Sintas hizo 4 goles.
Fue el partido contra la Universidad Católica el que marcaría el camino a una de las historias más tristes que enlutan a un jugador de los Diablos Rojos. Tras un intenso duelo disputado en el estadio municipal, el juego termina igualado sin goles. Los jugadores tienen libre el día lunes, y Sintas decide subir a la cordillera en compañía de dos amigas, una de ellas, la hija del administrador del estadio municipal, don Arturo Acuña.
Bety, la hija de don Arturo, tenía 19 años y aceptó la invitación. "Me recuerdo que pasó a invitar a un amigo mío, era día lunes como a las 3 de la tarde. Nos encontramos con él en la avenida Collín con Chile, Ahí paró e invitó a un amigo, le dijo Vamos para arriba, porque iba con otra amiga más, pero mi amigo no podía", recuerda Andrés Garrido, director del programa Ñuble Deportivo de Radio Ñuble.
Una negra jornada
A bordo de un Austin Mini, Sintas comenzaba el retorno desde el sector de Las Trancas, junto a sus dos acompañantes, cuando en la curva que enfrenta con el puente Torrealba, que cruza el Renegado, colisiona frontalmente con el puente, volcándose y cayendo al lecho del río.
Él logra salir ileso, pero sus acompañantes no corrieron la misma suerte. "Ese fue un capítulo muy doloroso, porque Carlos Sintas era un muy buen jugador y buen tipo, pero lamentablemente en una salida chocaron en el regreso contra el puente Torrealba y cayeron al río, falleciendo la hija de don Arturo y la otra chica sufrió un golpe en la cabeza, estudiaba en la universidad y nunca se pudo recuperar", recuerda Sergio Zarzar, ex presidente de Ñublense y actual alcalde de Chillán.
La noticia no tardó en conocerse en la comunidad, que lamentó el fallecimiento de Bety Acuña, peor también reconocían que hubo un "error de cálculo" más que problemas de ingesta de alcohol. "Eran esos años en que era permitido que tú fueras a un matrimonio, a una fiesta, a un asado y tomaras un trago o bebieras un poco de vino y no estaba prohibido por la ley. Sí estaba prohibido estar en un estado de intemperancia mayor", afirma Zarzar.
Para Garrido, el principal factor del accidente, puedo deberse al complicado estado del camino. "Carlos tomó mal una curva y cayó. Acá no había trago de promedio, lo que pasa es que en ese tiempo el camino no era pavimentado. Hasta Pinto estaba pavimentado y para arriba recién estaba por tramo", afirma.
Tras el accidente, el uruguayo estuvo 15 días detenido, y volvió a jugar contra Palestino, partido en el cual Ñublense ganó 2-1 en Chillán, y donde Sintas marcó los dos tantos. "Carlos salió y estuvo 15 días detenidos y jugó contra Palestino donde estaba Elías Figueroa de central, e igual le hizo 2 goles y ganaron 2-1", recuerda Andrés Garrido.
Julio Fernández, quien en ese tiempo trabajaba como reportero radial, recuerda que Sintas "después del accidente pidió disculpa a la familia de la niña por todo lo que había posado, una situación fortuita, pero después no se refirió más y cerró el tema". En aquel plantel también estaba el arquero chillanejo Antonio Muñoz, quien tiene vagos recuerdos de la situación.
"No me acuerdo ni en qué momento y hora fue, sé que fue en la noche. No fue a tres o 2 días antes de un partido, era día libre. Fue lamentable porque estamos preocupados si le podía pasar algo a él, y se sintió mucho porque el papá de esta niña era el administrador del estadio y éramos como familia", enfatiza.
Sintas tras su paso por Ñublense, emigró a Austria donde se encuentra radicado hace largos años. Pero no fueron años buenos para el club, ya que un año más tarde, falleció el hijo de uno de sus jugadores, en una tragedia que volvió a enlutar a la familia roja.
"Hay algo que marcó más, que es un hecho distinto. Fue el año 78 o 79, un hijo de Washington Abad, estaban almorzando en el club Comercial que estaba en calle Arauco, tenían una pileta de agua, y mientras almorzaban él con su señora, este chiquito de un año se cayó a la pileta y se ahogó. Washington era un goleador uruguayo, y dejó un lindo recuerdo en Chillán, y creo que eso lo marcó en su vida", narró Zarzar.