El Presidente de EE.UU., Barack Obama, recibió ayer el aval del Tribunal Supremo a los subsidios federales para adquirir seguros médicos, de los que dependen más de seis millones de ciudadanos y pieza clave de su reforma sanitaria, su mayor éxito en política nacional.
Con seis votos a favor y tres en contra, esta es la segunda vez que el Supremo salva un pilar de la reforma de Obama, después de que en 2012 avalara la constitucionalidad del núcleo de la ley: la obligación de todo estadounidense de contratar un seguro médico, bajo penalización de multa anual.
La reforma sanitaria sorteó ayer así otro de los numerosos obstáculos que ha esquivado desde su promulgación en 2010, cinco años en los que la oposición republicana ha hecho de esta ley el principal objetivo de su artillería contra el Presidente.
"Ha habido éxitos y reveses, los reveses los recuerdo claramente. Pero no hay ninguna duda de que esta ley está funcionando y ha cambiado, e incluso salvado en algunos casos, vidas estadounidenses", dijo Obama en un discurso desde la Casa Blanca tras conocerse la esperada decisión judicial.
"Cinco años después, el 'Obamacare' (como bautizaron sus detractores la ley) ya no es fútbol político, esto es la salud de EE.UU., hay mucha gente beneficiada, incluso muchos que no lo saben", defendió Obama.
La decisión de la Corte era clave para los 6,4 millones de ciudadanos de 34 estados, casi todos con parlamentos o gobiernos bajo el poder republicano, que no tienen mercados estatales para que las personas sin seguro adquieran uno privado con la reforma sanitaria de Obama.
Si el Supremo hubiera dado la razón a los cuatro residentes del estado de Virginia que interpusieron la demanda, el Gobierno federal tendría que dejar de facilitar los subsidios a los ciudadanos de estos estados.
La discusión giraba en torno a la letra de la ley que dice "establecido por el Estado", frase que los demandantes interpretaban como que el Gobierno federal no podía proveer subsidios en estados donde no hay.
"Es una parte clave de la ley, que ha hecho que muchos estadounidenses tengan un seguro independientemente de donde vivan", dijo Obama.
"(Si el Supremo hubiera respaldado a los demandantes) muchas personas se habrían quedado sin seguro de nuevo, subiría el precio de todos las pólizas y EE.UU. iría hacia atrás, y nosotros no hacemos eso, nosotros vamos hacia adelante", explicó.
Por segunda vez, fue un juez conservador, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, el que salvó la pieza clave del legado nacional de Obama, en una votación que no puede ser leída de otra manera que como una gran victoria para el Mandatario.
Varios de los 13 aspirantes a la candidatura republicana en las elecciones presidenciales de 2016 lamentaron la decisión del Supremo y prometieron derogar la ley si llegan a la Casa Blanca en 2016, entre ellos Jeb Bush, Marco Rubio, Rand Paul, Rick Perry y Mike Huckabee. Desde el lado demócrata de la carrera presidencial, tanto la ex secretaria de Estado Hillary Clinton como su rival en las primarias, el senador Bernie Sanders, celebraron la sentencia.