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Un estudio encontró que la falta de escolaridad puede ser tan peligrosa como el consumo de tabaco debido a que causa una cantidad de muertes similar a la provocada por el hábito de fumar.
En su trabajo, publicado en PLOS One, los autores calcularon los riesgos para la salud de un bajo nivel educativo en EE.UU. y encontraron que más de 145 mil muertes se podrían haber prevenido en 2010 si los adultos que no terminaron su educación secundaria se hubiesen graduado.
Esta cifra es comparable a las tasas de mortalidad producto del tabaquismo, según consignó The Washington Post.
Asimismo, otras 110 mil muertes en 2010 se podrían haber evitado si las personas que tenían algo de educación superior hubiesen terminado la carrera.
El número de muertes es una estimación del impacto de la educación en la mortalidad y no indica una causalidad directa, advirtieron los científicos, pertenecientes a la Universidad de Colorado en Denver.
Estas cifras, según consignó el rotativo estadounidense, se basan en los riesgos de salud asociados a un bajo nivel de educación, que es una estimación que se calcula con los datos existentes sobre tasas de mortalidad en los diferentes niveles educativos. Los datos se ajustan a las diferentes poblaciones y luego se multiplican por la población para obtener un número de muertes.
Hay factores, como la salud en la niñez o las predisposiciones genéticas, que no se contabilizaron para evitar inflar las cifras. Aún así, es el mismo método empleado para calcular las muertes asociadas al tabaquismo y la dieta, por lo que las cifras son comparables.
"Como científico, la responsabilidad de los científicos es demostrar causalidad", sostuvo el académico de Colorado Patrick Krueger, uno de los autores del informe.
"Nuestro paper no observa la causalidad directamente, pero nos basamos en estudios anteriores", agregó.
factores de riesgo
De acuerdo con los profesionales, varios estudios han establecido que una falta de educación puede llevar a comportamientos de mayor riesgo, una atención médica inadecuada, mala nutrición y malas condiciones de vivienda y trabajo. Ello, a su vez, causa mayores niveles de estrés, afectando aspectos como el sistema inmune y la salud cardiovascular.
Aunque admitió que es un vínculo complejo, Krueger dijo que la evidencia es lo suficientemente fuerte para señalar que existe una fuerte relación inversa entre el nivel educativo y la mortalidad en adultos. En general, esto significa que una mejor educación se traduce en una mayor calidad de vida.
Según el Post, en la última década ha habido un interés creciente de las comunidades académicas de descubrir cómo los factores sociales contribuyen a las enfermedades que afectan las tasas de mortalidad. El interés es, en parte, analizar lo que está causando las muertes más allá de los problemas médicos directos.
En un principio estos análisis comenzaron con factores de comportamiento más obvios, como la alimentación y el consumo de drogas, pero luego se expandió a factores como la segregación, la pobreza y la inequidad en el ingreso. "Es difícil hacer que un individuo deje de fumar, pero es más fácil lograrlo en un nivel de la población", dijo Krueger.