Administración Bachelet a la baja
La última encuesta CEP vino a acentuar el mal momento del gobierno, pero sin embargo esto no es capitalizado por la oposición.
Uno de los conceptos más acuñados por las autoridades al ser consultados por los resultados de una encuesta de percepción ciudadana es que se trata de "una fotografía del momento". Pero ¿qué pasa cuando aquella imagen temporal se reitera en el tiempo y lejos de romper la tendencia esta se acentúa?. Esta es quizás la interrogante que marcó la última encuesta CEP que volvió a dejar en evidencia el descenso de la aprobación a la Presidenta Bachelet, llegando esta vez a un 22% y a la vez fijando la desconfianza en el gobierno en un 65%. A dos años de su llegada a La Moneda, el potencial político y las características positivas de la mandataria, hoy parecen ser parte del olvido lo que genera, a la vez, una incertidumbre respecto del futuro que tienen las reformas impulsadas por la actual administración que ya en un intento por aquietar las aguas recurrió a la moderación de los ministros Burgos y Valdés para generar un escenario de confianza, por ejemplo con el empresariado. Cabe preguntarse si a partir de los resultados de la CEP, considerada por muchos como el principal sondeo de opinión pública del país, se iniciará un nuevo ajuste ministerial y se ajustarán aspectos, por ejemplo, de la Reforma Laboral. En la vereda del frente vemos a una oposición remarcando la falta de apoyo a la administración Bachelet y pidiendo cambios como lo planteó la senadora van Rysselberghe, pero que sin embargo no logra hacerlo mejor para capitalizar el rechazo a la mandataria, escenario que finalmente se vuelve adverso para la Alianza y la Nueva Mayoría de igual forma. Unido a lo anterior, la encuesta también revela que es justamente un político externo a los dos grandes conglomerados del país, el que aparece como la figura política mejor evaluada ( Marco Enríquez Ominami), quien al parecer ha salido airoso de las vinculaciones al caso SQM. De esta forma, un gobierno sin poder hacer un quiebre en el descenso de su aprobación y con dos coaliciones que no logran convencer al ciudadano común, se vuelven en ingredientes suficientes para el surgimiento de figuras populistas que pongan en jaque el sistema.