Una sencilla familia, los vecinos ideales de cualquier barrio, tras cuya fachada tradicional se esconde un siniestro clan dedicado al secuestro y asesinato de personas. Parece ser la trama de algún thriller hollywoodense, pero no: Es una historia real, ocurrió en Argentina a principios de los años 80, y en ese entonces conmocionó a la sociedad trasandina. Pero si parece tan digna de un guión cinematográfico, entonces una historia como ésa no podía quedar fuera de la pantalla. Ése es el rol que ahora está cumpliendo "El Clan", la nueva película del destacado director Pablo Trapero y que muestra los crímenes realizados por el clan Puccio, una familia dueña de un bar y de una tienda de artículos deportivos. Ambos negocios se ubicaban en la planta baja de su casa en el barrio San Isidro, la misma en cuyo sótano se ocultaba el horror: Numerosas víctimas a quienes raptaban, torturaban y extorsionaban. "Fue muy interesante cuando me llamó Trapero para contarme esta temática que quería para su próxima película. Ver este tema fue muy llamativo para mí, porque lo conocía a la perfección", cuenta Guillermo Francella, destcado actor argentino y protagonista de la cinta. En ella, interpreta a Arquímedes Puccio, el patriarca de la familia, quien lideraba y planificaba los operativos. Para eso, contaba con la ayuda de su hijo Alejandro (Peter Lanzani), estrella de un club de rugby y seleccionado de Los Pumas, quien se encargaba de buscar a las posibles víctimas. "Fue un desafío muy extraordinario, y no sólo por el cambio estético que significó, sino que por un cambio absoluto en mí, donde el objetivo era no reconocerme en ni un fotograma. Debía intentar despojarme de cualquier recurso que podía traer conmigo, despojarme de todo, de miradas y gestos, ser otro individuo", explica a Emol desde Argentina. "Desde lo interpretativo era explorar algo diferente y que, para mí, quedó fantástico. Fue un desafío fantástico y me siento más que orgulloso", agrega.

'Sábado Gigante' nos va a dejar el recuerdo de que durante 30 años acompañamos a la familia latina como nadie más lo hizo", dice Mario Kreutzberger a Emol, cuando apenas han pasado algunos días desde que bajó el telón al espacio que lo vio nacer como figura televisiva, hace ya 53 años. El animador está cerrando así una etapa cargada de éxitos en Chile y el extranjero, donde se consolidó como uno de los comunicadores más importantes del continente, de la mano del espacio que durante las últimas tres décadas se transmitió desde Estados Unidos hacia toda América Latina. En la hora del adiós, Don Francisco destaca las características que llevaron a "Sábado Gigante" a ese sitial, resaltando que "era bien completo, ya que no sólo nos preocupamos de entretenerlos (al público) y hacerles concursos, sino que también de informarlos, orientarlos, hablar de salud, de su vida y de sus inquietudes personales". Eso lo mantuvo hasta sus últimas emisiones, que solían ubicarse entre lo más visto de la TV norteamericana cada noche de sábado. Por lo mismo, el final extrañó a varios, aunque Kreutzberger aclara que "ahí confluyeron varias cosas".