El oportuno llamado a carabineros y la rápida acción de éstos últimos permitió detener a tres personas que durante la tarde de ayer asaltaron dos locales comerciales en Coihueco, haciéndose pasar por detectives de la Policía de Investigaciones.

El procedimiento lo adoptó personal uniformado de la subcomisaría de Coihueco, y según relató el jefe de la unidad, capitán Pedro Zapata, los tres integrantes de la banda resultaron ser un hombre de 40 años, una mujer de 23 años y un adolescente de 16 años.

Viajando en un vehículo, concurrieron primero a un local de expendio de alcohol, donde exhibieron su placa policial, que según dijo el capitán Zapata, "parecían más bien de juguete. Sólo tenían un logo dorado, de plástico, que decía Investigaciones".

Fueron precisamente estos indicios los que hicieron dudar a la mujer que atendía el negocio, del sector El Cabrito.

"A la mujer le pareció raro porque la ropa y su forma de hablar no concordaba con detectives, y una vez que obtuvieron la plata, la afectada llamó a Carabineros, explicando la dirección hacia dónde se habían ido con gente del retén Tanilvoro y por las características del vehículo que se conocían, se encontraron con el vehículo en el sector Miraflores", explicó el capitán Zapata.

Fue precisamente en ese lugar donde abordaron a las tres personas, quienes no opusieron resistencia, dado que carabineros solicitó apoyo para contrarrestar una huida de los asaltantes.

Durante esta mañana los tres detenidos pasarán a control de detención en el tribunal de Chillán. Según afirmó el capitán Pedro Zapata, sólo el adulto de 40 años poseía antecedentes penales y se está investigando la participación de la banda en otros hechos.

Danny Fuentes Espinoza

Durante la jornada de ayer se realizó, tal como estaba previsto, la revisión en la Corte Suprema respecto al reclamo presentado por la Fiscalía Nacional Económica (FNE) y la Asociación de Ginecólogos de Ñuble, en la que 25 profesionales de la salud recibieron una sanción dictada por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) por colusión.

La audiencia se realizó en Santiago, en la Tercera Sala de Corte Suprema, que fue integrada por los ministros Pedro Pierry, Rosa Egnem y Carlos Aránguiz, el ministro suplente Alfredo Pfeiffer y el fiscal judicial Juan Escobar.

Los alegatos entre las partes se extendieron por aproximadamente una hora y media, entre el alegato del abogado representante de los 25 ginecólogos y la exposición de la abogada representante de la Fiscalía Nacional Económica.

En su alegato, conforme al recurso de reclamación presentado, la Fiscalía Nacional Económica solicitó que la sentencia del TDLC sea enmendada conforme a Derecho, en dos aspectos.

El primero de ellos, es que se incremente la sanción de multa impuesta a los 25 médicos requeridos, de acuerdo a lo solicitado por la FNE en el requerimiento que dio origen al juicio, pero que terminó con la amonestación monetaria por $46 millones que, según estipuló el tribunal de primera instancia, deberán ser pagados por los profesionales de la salud.

Además, la FNE espera que se ordene la disolución de la Asociación Gremial de Ginecólogos Obstetras de la Provincia del Ñuble, cuestión que no fue abordada en el primer fallo, del 2 de abril.

La FNE fundamentó su solicitud en la gravedad de la infracción, ya que según determinó el tribunal, hubo colusión para alzar en casi 70% el precio de las consultas ginecológicas y procedimientos de parto y cesárea, pero además por la naturaleza del mercado afectado, que son las atenciones médicas ginecológicas de las pacientes de Ñuble.

Entre las irregularidades que esperan que los jueces del máximo tribunal ponderen está el beneficio económico que obtuvieron los miembros del cartel, dado por la eliminación de la posibilidad de las pacientes de atenderse con bonos de isapres y tuvieron que pagar el total de los precios fijados por los ginecólogos, como también por el daño efectivamente generado por las conductas acreditadas en el juicio, como la disminución de consultas preventivas de enfermedades como el cáncer cérvicouterino.

La causa, que se inició el 23 de octubre de 2013, con el requerimiento de la Fiscalía Nacional Económica al tribunal, persigue a 25 de los 29 ginecólogos de Ñuble y tras ser escuchados los alegatos durante la audiencia de ayer, la causa quedó 'en acuerdo', por lo que ahora la Corte debe fallar para cerrar el episodio, sin que exista un plazo definido.

Luego de tres días de juicio, en que se expusieron pruebas testimoniales y documentales, los tres jueces del tribunal Oral en Lo Penal de Chillán estimaron que Gastón Castillo Roa es inocente de los delitos de femicidio, parricidio e incendio frustrado.

Los hechos se remontan al 26 de octubre, cuando el acusado supuestamente había ingresado a su domicilio después de estar dos días bebiendo alcohol, pidiendo las llaves de la camioneta a su mujer, de 38 años, quien le negó entregárselas debido al estado en que se encontraba.

Según la acusación fiscal, la pareja sostuvo la discusión verbal y luego el hombre la roció a ella y a su hijo, que en ese entonces tenía 5 años, para luego intentar prender fuego con un fósforo; sin embargo, la mujer habría alcanzado a arrebatárselo a Castillo, para luego llamar a carabineros de Coihueco.

Desde entonces, se inició una persecución penal en su contra; sin embargo, durante el juicio, en que el fiscal Juan Rohr se encargó de la persecución penal, además del abogado del Sename, Rodrigo Bustos, en calidad de querellante, el tribunal Oral consideró que los elementos expuestos no daban cuenta de una agresión tal como se planteó en un primer momento, lo que le valió al hombre estar en prisión preventiva por casi un año.

Tras el veredicto, dado a conocer pasadas las 12.30 horas, el hombre, que no contaba con antecedentes penales ni denuncias previas por violencia intrafamiliar, fue liberado de las esposas y quedó en libertad, siendo recibida por su esposa, quien lo esperaba afuera de la sala, negando cualquier agresión, afirmando que todo fue un malentendido. "Eso de que me roció con combustible es falso. Ni siquiera hubo amenazas, ni golpes", dijo, escuetamente, la mujer.