Correo
Adherencia al tratamiento
"La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades", reza la definición adoptada por la OMS en 1946. Desde entonces, esta concepción, evidentemente obsoleta, no ha sido objeto de modificación. No se ajusta a tiempos en que las causas de enfermedad más frecuentes están vinculadas a padecimientos crónicos, condiciones o hábitos que, una vez declarados, acompañan a las personas por el resto de sus vidas. Probablemente sería más adecuado decir que salud es un proceso, la búsqueda de un equilibrio inestable entre el individuo y su medio que le permita la mejor calidad de vida posible y el máximo desarrollo de sus capacidades.
En este siglo, la mayoría de la población adulta está afectada por una o más enfermedades permanentes, no agudas, que hacen difícil la búsqueda de este equilibrio, y que requieren de la colaboración y empoderamiento de los pacientes y sus familias. Así, el "paciente" no puede ser más la persona que espera pasivamente por la solución de un problema puntual, sino que se transforma en un "agente" activo y partícipe de su cuidado.
El desafío más grande de esta perspectiva es la adherencia. No basta con garantizar acceso a la atención de salud, sino que se requiere que luego las personas hagan suyas y sigan las indicaciones que se han acordado. Esto es, que el paciente y su entorno decidan todos los días tomar los medicamentos cuando y como corresponde, elegir la dieta adecuada, hacer la actividad física que necesitan y comprendan su enfermedad y su manejo.
La tarea es inmensa, porque requiere un nivel de alfabetización en salud que los sistemas de atención no proporcionan. Sin el involucramiento de la comunidad que acompaña al enfermo, no hay éxito posible. Los estudios hechos por nuestro Instituto muestran que los pacientes crónicos no comprenden indicaciones simples porque se usa un lenguaje técnico ininteligible; no saben cómo administrarse medicamentos; no distinguen complicaciones iniciales de su enfermedad y no se atreven a aclarar sus dudas. El resultado es que la adherencia a tomar los medicamentos es inferior a la mitad de los casos.
¿Qué sentido tiene hacer esfuerzos por diagnosticar enfermedades con buenos tratamientos si la mayoría de las personas no los seguirán? Educar para el manejo de la enfermedad crónica debería ser una parte esencial de los programas de salud primaria. Y tanto o más relevante, enseñar a los profesionales de salud a hablar en un lenguaje simple, lejos del paternalismo y la soberbia que son compañeros inútiles para la nueva definición de salud que se ha esbozado.
Dr. Jaime Mañalich, Instituto de Políticas Públicas en Salud USS.
Pan y Circo
Las políticas de Pan y Circo promocionadas por las autoridades, tanto de nivel comunal, provincial, regional y nacional, hacen ver el rostro de la hipocresía social respecto a los adultos mayores, donde la realidad se oculta con la complicidad de una sociedad, la chilena, que no ve que el problema de las pensiones y los adultos mayores es un problema social y no individual; donde en apariencia parece ser que en Chile todos los "viejos" bailamos cueca, tango, tenemos planes de turismo y vivimos la gran vida.
Sin embargo, hoy se hacen oídos sordos y ojos ciegos a la realidad de 400.000 chilenos adultos mayores que viven de una PBS de $86.000, menos del 30% del salario mínimo y 1.000.000 de jubilados con pensiones promedio de $170.000, lo que agregaría muchos más que estarían en iguales condiciones. Lo que sugiere encontrar en forma urgente, más allá de la parafernalia, el engaño y la mentira, una solución estructural y de fondo a las actuales pensiones y al futuro de las nuevas generaciones, que no avizoran mejor porvenir al amparo de la actuales AFP. Éstas no están diseñadas para dar pensiones, sino para engañar a los cotizantes, toda vez que la lógica neoliberal les explica que deben pasar el dinero de sus bolsillos, pagar para que ellos los administren e inviertan y si la inversión produce pérdidas es culpa de el que pasa la plata por no elegir el fondo apropiado. Pese a que todos han tenido pérdidas, este detalle no importa, total ellos ya se embolsaron anticipadamente al comisión y siempre tiene ganancias.
Enrique Edis Jara Rivera .
Defensas corporativas
¿Por qué los parlamentarios elegidos y mandatados en Chile no defienden con la misma fuerza, seguridad y convicción a sus electores, algo que les prometen latamente durante sus campañas electorales para conquistar sus votos y ser finalmente elegidos, cuando sus derechos son vulnerados, en temas como la salud, la educación, el trabajo, la vivienda, medios de transporte, etc., de la misma forma como defienden los propios, cuando sienten que su "exclusivo mundo parlamentario" es vulnerado con propuestas que intentan modificar su "micromundo", en la forma y en el fondo, originadas por académicos destacados, pero iletrados en política, según sus propias palabras?
Luis Enrique Soler Milla.