Así se designó este 16 de octubre. Antes del golpe militar se celebraba el 11 de septiembre. Lamentablemente esa fecha se cambió rebautizada como el Día del Profesor y se cambió para el 16 de octubre. La nominación anterior obedecía a un homenaje al profesor argentino Domingo Faustino Sarmiento, Exiliado, por problemas políticos, de su país. Mientras permaneció en nuestro país fue el creador y primer director de la primera Escuela Normal de Preceptores, creador, además de la Facultad de Filosofía y Humanidades y autor de textos escolares y libros, entre los cuales se destacan "Recuerdos de provincia", "Vida de Dominguito" y "Facundo", su obra más importante. En su país, Argentina, fue Senador, Ministro, Gobernador y Presidente de la República. El 11 de Septiembre de 1888, falleció en Asunción (Paraguay) y eso consagra esa fecha como el día del Maestro, en su honor (Sarmiento había nacido en Argentina el 15 de febrero de 1821).
Pero en esta nueva fecha, ya no lleva el título de maestro, sino el "Día del Profesor". ¿Cuál es la razón? De acuerdo a lo que hemos leído o escuchado, el 16 de octubre de 1974, el gobierno dictó el Decreto N° 678, que señala la creación del Colegio de Profesores de Chile. Por supuesto, que con este decreto, se le puso lápida a todas las antiguas organizaciones gremiales del magisterio. Si esa no es la razón, en cambio tenemos la Academia Chilena de la Lengua, que este viernes 16 de octubre, ha celebrado con un gran acto aniversario, sus 130 años de existencia institucional. A esta ceremonia concurrimos con el profesor Juan Gabriel Araya, docente de la UBB, porque ambos somos Académicos correspondientes por Chillán.
Digna fecha, pues, este viernes 16, para los maestros de Chile, para quienes no es sólo un día de celebración, sino también de reflexión, sobre todo el valor y la importancia de su profesión y la proyección de su docencia en nuestro país. Hace años el novelista Benjamín Subercaseaux, escribiendo como cronista en la desaparecida revista Zig Zag, él señalaba, según su criterio, que en el mundo profesional, había tres profesiones santas: El Sacerdocio, la medicina y la docencia. MI homenaje a esta última, que yo hice mía, se debió a tres maestros, a los cuales hoy distingo con mi recuerdo: En la primaria, a don Arturo Urrejola Durán, profesor de la Escuela N° 6, hoy el Tejar; en la secundaria, a don José Kuapil Golién, del Seminario, hoy "Padre Hurtado" y en la Universitaria, al profesor español, Eleazar Huerta Valcarse de la Universidad Austral de Chile, con asiento en Valdivia. En nombre de todos los valores que tiene la práctica del magisterio, saludo a todos mis colegas, especialmente a aquellos integrados al Colegio que preside la profesora Brígida Hormazábal. ¡La gran reforma, llega con buen pronóstico!
Por Carlos René Ibacache I. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua.