Sangrienta ola de atentados deja más de un centenar de personas muertas en París
TRAGEDIA. El Presidente francés François Hollande anunció el cierre las fronteras del país y declaró el estado de emergencia. Toma de rehenes en un teatro dejó al menos cien muertos.
Francia vivió ayer una jornada de terror nunca antes vista en ese país, tras sufrir varios atentados terroristas en París. El ataque más violento ocurrió en la sala de conciertos Bataclan, donde al menos cien personas fallecieron, según fuentes de seguridad francesas.
Según testigos varios encapuchados ingresaron al recinto donde se iba a llevar a cabo un recital gritando "Alahu Akbar" (Alá es el más grande) disparando con armas automáticas de tipo Kalashnikov.
Luego de eso al menos 100 de los asistentes fueron tomadas como rehenes y permanecieron encerrados en el local (con capacidad para más de dos mil personas) por más de dos horas, tras lo cual la televisión pública informó que habían muerto cientos de personas.
En el recinto se iba a realizar un concierto de la banda estadounidense Eagles of death metal. Dos de los terroristas fueron abatidos por la policía en ese lugar, según informó AP. Uno de los oficiales describió una "carnicería" y aseguró que los atacantes habían lanzado explosivos a los rehenes.
Según el diario francés Liberation, varios hombres armados abrieron fuego en un bar antes de dirigirse al auditorio Bataclan.
Tras el término del operativo de la policía en el recinto, el Presidente francés Fronçois Hollande se desplazó hasta el lugar.
Estado de emergencia
Pocos minutos tras el ataque, Hollande decretó estado de emergencia, que dijo que sería aprobado por un Consejo de Ministros extraordinario, y definió el cierre total de las fronteras del país para evitar la fuga de los autores de los crímenes. El Mandatario además le pidió a los franceses que no salieran de sus casas mientras la policía llevaba a cabo una serie de procedimientos de emergencia en la capital europea.
"He dado orden de movilizar a todas las fuerzas posibles para prevenir cualquier ataque a partir de ahora", pronunció Hollande. El Presidente francés dijo que estos atentados no tienen precedentes en la historia de su país y aseveró que "hay que tener compasión, pero también sangre fría ante el terror".
"Es un horror", concluyó el jefe de Estado francés a través de la transmisión televisiva, sin dar detalles del actuar de la policía en las horas siguientes, aunque sí anunció la intervención de refuerzos militares para hacer frente a la tragedia.
Se ha "movilizado todas las fuerzas posibles para neutralizar a los terroristas y asegurar todos los barrios" y ha "pedido refuerzos militares que están en París para que no haya mas ataques".
Según informaron los medios de comunicación franceses, no se decretaba el estado de emergencia desde una serie de disturbios en la periferia de París, que ocurrieron hace ya una década.
Momentos antes de que se produjo el ataque en Bataclan, hubo una serie de explosiones en los alrededores del recinto deportivo Stade de France (que tiene una capacidad para 80 mil personas), donde se estaba llevando a cabo un partido amistoso de fútbol entre Alemania y Francia; y en el que estaba presente justamente el Presidente francés.
En los minutos que siguieron al tiroteo en la sala de conciertos y a las explosiones del estadio, continuaron registrándose otras explosiones en las cercanías del recinto deportivo, según reportaron medios internacionales.
Fuentes citadas por CNN informaron que las primeras explosiones que se registraron al norte del estado parisino habían sido atentados terroristas suicidas.
El disparo de un arma automática volvió a a escucharse dos horas después del tiroteo en las cercanías de Bataclan, de donde además se escucharon varias ráfagas, que se desconocía si eran disparos de la policía reduciendo a los secuestradores que estaban al interior del recinto, o si habían sido realizados por los terroristas.
En enero de este año Francia vivió el atentado contra la revista Charlie Hebdo, que terminó con 11 personas muertas. En ese ataque los terroristas dispararon pronunciando la frase "Al·lahu-àkbar" (Alá es el más grande).
Solidaridad global
El primer mandatario en manifestar su solidaridad con el pueblo francés y mostrar su conmoción por los ataques, fue el Presidente de Estados Unidos Barack Obama, quien los calificó en un discurso televisado de "horrorosos".
Desde la Casa Blanca Obama aseguró que las autoridades estadounidenses están preparadas para asistir al Gobierno francés.
Sin embargo, el mandatario norteamericano dijo no haberse puesto en contacto aún con el presidente de Francia porque al momento de su alocución aún no se controlaba la emergencia.
El primer ministro británico, David Cameron, se mostró conmocionado por los ataques registrados en París, que dejaron al menos 60 muertos, y ofreció su ayuda. "Nuestros pensamientos y rezos están con el pueblo francés. Haremos lo que sea para ayudar", escribió en Twitter.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo estar "profundamente conmocionada" con los atentados. A través de un breve comunicado, Merkel señaló que sus pensamientos están en estos momentos con las víctimas de estos "ataques evidentemente terroristas", con sus familiares y con todos los habitantes de París.
Además señaló que el Gobierno alemán se encuentra en contacto con el francés.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se sumó a las condolencias de mandatarios europeos. "Conmocionado por la noticias que nos llegan de París. Francia tiene a su lado al pueblo español en estos momentos difíciles", escribió el mandatario español en su cuenta de Twitter.
La policía de Nueva York se moviliza
Tras los atentados en París, la policía de Nueva York, Estados Unidos, comenzó a movilizarse tomando contacto con los agentes antiterroristas franceses. Además, se desplegaron unidades policiales en varios puntos de la ciudad conocidos por ser enclaves franceses. También se han movilizado las fuerzas de seguridad estatales, que están "siguiendo activamente la situación" para analizar "cualquier implicación en el estado de Nueva York", indicó el gobernador del estado, Andrew Cuomo.