Hasta la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, han llegado las voces de los movimientos independientes que están solicitando flexibilizar los requisitos para la conformación de nuevos partidos políticos, en el contexto de la discusión en el Congreso de ley de modernización de estas organizaciones.
Como se recordará, un grupo de parlamentarios presentó una indicación a la iniciativa con la finalidad de aumentar a un 0,5% del electorado que votó en las últimas elecciones la exigencia base para constituir un nuevo referente político. Actualmente, la legislación exige sólo un 0,25 por ciento.
La idea planteada por los diputados Osvaldo Andrade del PS y Cristián Monckeberg de RN, busca evitar la atomización y proliferación de partidos políticos tras la negociación que puso fin al binominal.
La diputada RN Paulina núñez ha salido a defender esta postura, recordando que las colectividades van a recibir recursos públicos de todos los chilenos, y que por ello se debe ser serios y responsables en la definición de los requisitos exigidos para su constitución.
En contraparte, parlamentarios como el diputado Joaquín Godoy de Amplitud esperan que la Presidenta revierta las indicaciones que considera el proyecto, al que considera que solo impone trabas que provienen desde los partidos tradicionales del país, evitando que la ciudadanía tenga más opciones.
En su postura, Godoy criticó a los partidos tradicionales por no querer reempadronarse, tal como lo exige el nuevo sistema electoral proporcional e inclusivo, el que establece que los cupos a elegir se determinan en base a la proporción de votos que obtiene cada lista y determina cupos impares en varias circunscripciones para impedir un escenario de "empate".
En este contexto, es importante considerar que los nuevos partidos deben demostrar el respaldo del electorado para realmente ser creíbles. De acuerdo a la última elección presidencial, en que en primera vuelta votaron 6 millones 699 mil 011 electores, los partidos deberían demostrar una votación no menor a los 33 mil 495 electores (prácticamente la mitad del total de electores de Chillán que participaron de las últimas elecciones municipales de 2012). Se trata de una prueba de verdadera representatividad, que por su número no debería ser de por sí excluyente, pero a su vez sí será relevante para poder acceder al financiamiento electoral estatal.