La historia del ingeniero que eligió ser profesor
Daniel Muñoz es Ingeniero Comercial, sin embargo, hace 4 años decidió hacer clases de matématicas a alumnos vulnerables de Quillón. Sus estudiantes subieron cerca de 200 puntos en la PSU y 12 de los 17 que rindieron la prueba, quedaron en la universidad.
El "Reemplazante" fue una serie transmitida por TVN el año 2012 basada en la vida de un importante empresario que hace quebrar a su empresa y debe trabajar como profesor, iniciando así una historia de esfuerzo y de vulnerabilidad de los jóvenes a los que tenía que impartirles clases. La serie tuvo muy buena acogida pues la historia era fascinante, sin embargo hay veces que la realidad supera la ficción.
Daniel Muñoz (30) egresó el año 2012 de Ingeniería Comercial en la Universidad de Concepción. Estuvo dos meses pensando bien qué es lo que quería hacer, dónde quería ejercer su profesión. Estaba en eso, cuando un día de mayo de ese año, el director del liceo Luis Cruz Martínez de Quillón se encontró con la mamá de Daniel.
"Ellos eran conocidos, y el director del liceo le comentó a mi mamá que necesitaban un profesor de matemáticas. Esto fue un día lunes y el martes ya estaba decidido a irme a trabajar para allá, algo me decía que tenía que hacerlo", narró el docente.
Los alumnos que entonces estaban en 1ero medio, ya llevaban meses sin clases de matemáticas. Al principio la intención de Daniel era quedarse por dos meses mientras el director encontraba un profesor que hiciera clases, sin embargo, de apoco se fue encariñando con los niños y con la profesión de docente.
"Empecé a hacer clases, tomé a un curso en primero medio, y la verdad es que me di cuenta que me gustaba, sí decidí quedarme hasta fin de año", señaló Muñoz.
Cuando terminó ese año 2012, comenzó la locura por el Simce. Daniel intentaba que sus alumnos, a pesar de las distintas historia familiares y problemas que pudieran tener, sacaran adelante sus estudios, que se creyeran el cuento, y al parecer con cariño y dedicación esto comenzó a dar resultado.
"Yo trababa de mostrarle a los chiquillos que el puntaje no era tanto lo que importaba, sino que eso era más bien la excusa para esforzarse y estudiar más", contó el docente.
Ese año los segundos medios sacaron el puntaje más alto en la historia de este liceo, en 40 años nunca habían obtenido un puntaje tan alto, que fue de cerca de los 260 puntos. Este puntaje además estaba muy por sobre lo que eran los establecimientos municipales, de hecho estaban a la par con los establecimientos particulares subvencionados.
Sin embargo, esta dedicación y "buena onda" del profe Dany, como le dicen sus alumnos con cariño, generó anticuerpos en algunas personas del liceo, lo que significó su desvinculación del establecimiento.
"Cuando terminó ese año 2013 los alumnos tenían que elegir qué tipo de enseñanza iban a seguir en tercero medio. Afortunadamente, y lo digo muy contento, me tocó ser el profesor jefe de uno de esos cursos, eran alrededor de 17 o 18 alumnos. Lamentablemente, por algunas cosas que tienen que ver con la administración del liceo, a mí me dan carga horaria, me dan cursos, pero en febrero me mandan una carta donde me dicen que yo no continuaba trabajando en el liceo", contó Daniel.
A pesar de los rendimientos, a pesar de los resultados, Daniel tuvo que hacer abandono del recinto, sin comprender mucho qué es lo que había pasado o qué había hecho mal. Luego entendió de qué se trataba.
"Esto se da principalmente por diferencias de opinión, porque hay diferencias sustanciales entre lo que puede hacer un ingeniero y lo que hace un profesor, me refiero a que generó discordia el hecho de que me preocupara tanto por los chicos, que hiciera horas extras y no me las pagaran a ellos les molestaba, porque decían que estaba desvalorizando y denigrando el trabajo docente", explicó Muñoz.
Daniel cuenta que ese momento fue evidentemente frustrarte para él. En febrero de 2014 ya no trabajaba en el liceo. Los adolescentes quedaronn a cargo de otro profesor, pero no estaban conformes, situación que terminaría por reventar en mayo de ese año.
"Por ahí por mayo de ese año se dieron a conocer los resultados del Simce, y la historia cuenta que cuando llega el alcalde para felicitar al profesor por los buenos resultados, el profesor, que era yo, no estaba ya trabajando en el recinto. En ese momento los alumnos toman la iniciativa y comienzan a manifestarse para que yo vuelva al colegio, yo no lo presencié, pero cuando me lo contaron fue súper emocionante darme cuenta que uno con un poquito de cariños puede marcar la vida de los niños", manifestó Daniel.
En ese momento el alcalde se percata de la situación e hizo lo posible para que volvieran a contratar a Daniel, situación que finalmente se concretó en junio de ese mismo año.
Psu
Luego del breve lapsus en que fue desvinculado del liceo, el ingeniero comienza un arduo trabajo con sus alumnos que para el 2015 ya estaban en 4to medio y debían enfrentar la rendición de la PSU.
"Este es un liceo tiene un alto índice de vulnerabilidad, cerca de un 93%, trabajamos por eso más que nada con la motivación. Ellos se superaron a ellos mismos, la idea era que se dieran cuenta que cualquier cosa que ellos se propusieran la podían lograr", contó Daniel.
Sin embargo, ahora un nuevo problema se presentaba para los alumnos y el profesor: el liceo se adhirió al paro docente y comenzaron las movilizaciones.
"El establecimiento estuvo dos meses en paro por lo de los profesores, pero mis alumnos no pararon. Pensando en que la educación pública no le puede fallar a los chiquillos, empezamos a hacer clases en la casa de uno de los alumnos y después como se fue agrandando el grupo de estudio, solicitamos nos prestaran una sala del liceo y accedieron, así seguimos haciendo clases, cosa que también generó discordias con los demás docentes" señaló.
Los alumnos rindieron finalmente la prueba en diciembre y Daniel aseguró que está "muy orgulloso de ellos, porque obtuvieron resultados notables, estoy feliz".
12 de los 17 quedaron en la universidad.
En los años anteriores eran muy pocos lo que estudiantes que quedaban en la universidad. "En 2013 quedaron 7 u 8, el 2014 no quedó ninguno, y que ahora más del 70% de los alumnos queden en la universidad es súper reconfortante, y demuestra que con cariño y dedicación se pueden conseguir cosas positivas.
Además, dentro de la provincia tuvimos el aumento más significativo en los puntajes PSU", destacó Muñoz.
Cariño y entrega
Como comentaba Daniel, el Liceo Luis Cruz Martínez tiene cerca de un 93% de vulnerabilidad en sus alumnos, razón que de una u otra forma motivó la decisión de trabajar en dicho recinto.
"Vengo de una familia vinculada a la educación, mi abuelo fue director, tengo tías, primos, hermanos profesores, y por un lado eso me motivo bastante, sin embargo, el tema social fue lo que más me instó a quedarme acá", dijo Daniel, y agregó: "Uno se enamora de los alumnos, de sus diferentes personalidades y aptitudes, de la sala de clases, de enseñar. Lo mejor que me puede pasar es ver ese brillo en sus ojos, ese brillo que dice yo puedo, yo me la creo, yo voy a ir más allá, una vez que ellos entienden eso y se convencen, se vuelven imparables".
Silvia Antileo es una de las alumnas del profesor Daniel. La joven sacó 688 puntos ponderados en la PSU, ingresando a agronomía en la UdeC como el primer puntaje de la carrera.
"Yo vivía antes en Concepción y por motivos familiares nos mudamos a Quillón, no conocía a nadie, fue raro, me costaba, pero rápido me di cuenta la gente linda que hay acá, incluyendo al profe", contó Silvia, y dijo: "No pude haber llegado a un mejor curso, el profesor Daniel me ha ayudado un montón igual que a todos, me ha ayudado a tener una mentalidad diferente al enfrentar las cosas, incluso él me acompaña a matricularme a la universidad, pro todas esas cosas estoy muy agradecida".
Por su parte Tomás Montesinos se matriculó en la carrera de Ingeniería en Ejecución en Computación e Informática en Concepción, entró sexto en la carrera ponderando 622 puntos en la PSU, y asegura que la dedicación del profesor Daniel ha sido lo que lo motivó a esforzarse y a darse cuenta que si se puede salir adelante. "Él nos guió en todo momento, ha sido un pilar fundamental para todos nosotros", dijo.
Si bien el apoyo pedagógico para los alumnos fue importante, vale la pena destacar también que este ingeniero no solo se preocupó de esa área. La situación emocional de cada uno de sus alumnos es tema para él, e intenta siempre estar presente apoyando a sus estudiantes en lo que lo requieran.
Bien lo sabe Francisca Cifuentes, quien también obtuvo buenos resultados en la PSU, pero que sin duda agradece más aún la contención emocional que significó para ella el joven docente.
"Hubo un tiempo en que tuve muchos problemas familiares, muy graves, estaba todo mal y me hundí, me fui hasta el fondo, y el profe me ayudó a parame y a seguir adelante, me dijo no lo hagas, no dejes que te gane, y aquí estoy, voy a estudiar pedagogía en Educación Física en la UdeC de Concepción", contó la joven de 17 años.
Finalmente, Ariel Miranda también se refirió a la importancia que ha tenido el trabajo en grupo realizado el año 2015 guiados por el profesor Daniel. El joven aseguró que Daniel presta un papel demasiado importante en la enseñanza de ellos y que gracias a él decidió dar un paso mucho más largo en su vida.
"El profe nos enseñó que sí podemos ser alguien más en la vida, nos ayudó a ver un poco más allá. Yo quería postular a la escuela de suboficiales de la aviación, pero el profe me dijo no, tu puedes llegar más allá, así que postule a la escuela de oficiales y quedé, nunca nadie en la historia de este liceo había quedado en la escuela de oficiales y eso me hace sentir súper orgulloso", dijo Ariel y concluyó: "Él nos demostró que la plata no es lo más importante y que para ser profesor más que tener un cartón hay que tener vocación".
Efectivamente, esa vocación es la que ha mantenido a Daniel en las aulas del Liceo Luis Cruz Martínez de Quillón; esa misma vocación la que lo hizo renunciar a un mejor sueldo u otro lugar de trabajo con menos horas laborales; esa misma vocación la que ha hecho que sus alumnos hoy lo valoren, lo quieran y le agradezcan por enseñarles no solo números y ecuaciones, sino que también los ayudó a descubrir las oportunidades a las que pueden acceder, solo con un poquito de esfuerzo y un poco más de dedicación.
" Vengo de una familia vinculada a la educación, mi abuelo fue director, tengo tías, primos, hermanos profesores, y por un lado eso me motivo bastante, sin embargo el tema social fue lo que más me instó a quedarme acá"
Daniel Muñoz, Ingeniero Comercial
"Él nos ha ayudado un montón a todos. Nos enseñó a tener una mentalidad diferente al enfrentar las cosas".
Silvia Antileo, Alumna
"Él nos guió en todo momento, ha sido un pilar fundamental para todos nosotros".
Tomás Montecinos, Alumno
"Él nos demostró que para ser profesor más que tener un cartón hay que tener vocación".
Ariel Miranda, Alumno
"Un tiempo tuve muchos problemas familiares y me fui hasta el fondo, y fue el profe el que me ayudó a levantarme".
Francisca Cifuentes, Alumna
"Uno se enamora de los alumnos, de sus diferentes personalidades y aptitudes, de la sala de clases, de enseñar."
Daniel Muñoz, Ingeniero Comercial
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de los 17 alumnos que tiene el curso de Daniel quedó matriculado en la universidad. En años anteriores solo quedaban 6 o 7 estudiantes.
ponderó Silvia Antileo, quien fue alumna del curso de Daniel y que fue también el primer puntaje en la carrera de agronomía de la UdeC en Chillán.