China toma nuevo rumbo en su política económica y busca "reformar" la oferta
GIRO. Con el motor de la inversión perdiendo fuerza, el progresivo aumento del costo de la mano de obra china y la debilidad de la demanda de mercados como la UE o Japón repercutieron sobre las exportaciones y abocaron a Pekín a la búsqueda de alternativas.
A medida que la economía de China madura y se diluye el impacto de las medidas de estímulo, las autoridades del país dejaron atrás las políticas keynesianas en favor de posturas más próximas al neoliberalismo de Ronald Reagan o Margaret Thatcher. Los constantes llamados a las "reformas del lado de la oferta" apuntan a un nuevo rumbo en la política económica del país asiático.
"El Gobierno chino tiene intención de hacer un cambio de políticas para alejarse del keynesianismo", afirmó a EFE el economista Meng Yuanxin, del centro de estudios chino Instituto Nuevo Continente.
Este giro político no ha captado tanto la atención como la transición desde las tasas de crecimiento estratosféricas de las últimas décadas a las más terrenales cifras de hoy, pero promete tener efectos a largo plazo.
El modelo sobre el que se ha asentado el despegue de China hasta posicionarse como segunda economía del mundo se basaba en una fuerte inversión pública y en las exportaciones.
Ante el temor a que la crisis de 2008 terminara arrastrando al país asiático por una caída de las exportaciones, el Gobierno lanzó un masivo plan de inversiones de US$ 610 mil millones, una respuesta típicamente keynesiana. Ese programa sirvió para estimular la demanda interna, aumentando las infraestructuras, pero a costa de multiplicar la deuda y llevarla por sobre 280% de su PIB, según la consultora McKinsey.
"Con un crecimiento basado en las inversiones, se llega a un punto en que todas las carreteras que necesitas ya están construidas y que las ciudades que necesitan aeropuerto ya lo tienen", explicó el profesor de la Escuela de Negocios China-Europa de Shanghai, Bala Ramasamy.
"Cuando una economía es pequeña, los grandes planes de estímulo pueden empujarla a crecer muy rápido. Cuando se hace más grande esas soluciones ya no funcionan, porque el retorno es menor", comentó Ramasamy.
Con el motor de la inversión perdiendo fuelle, el progresivo aumento del costo de la mano de obra china y la debilidad de la demanda de mercados como la UE o Japón repercutieron sobre las exportaciones y abocaron a Pekín a la búsqueda de alternativas.
Así, las autoridades del gigante asiático afrontan el nuevo escenario con un cambio de enfoque: en lugar de centrarse solo en incentivar la demanda, dicen que van a reformar la oferta. El Presidente Xi Jinping anunció su compromiso de "estimular el consumo mientras se implementan reformas estructurales por el lado de la oferta, mejorando la calidad y eficiencia del sistema de oferta".
Desde entonces, las "reformas por el lado de la oferta" se han convertido en una especie de lema. "Las políticas por el lado de la oferta recuerdan a las medidas que tomó el Presidente estadounidense Ronald Reagan", aseguró el economista Meng.
La idea central de esta reforma es reducir las cargas que las instituciones imponen a las empresas para aumentar su eficiencia, según explicó Xu Lin, responsable de planificación de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, a la revista Caixin.
Xu reconoció la influencia de Margaret Thatcher en esta forma de hacer política, aunque proclamó que su aplicación en el gigante asiático tendrá "características chinas".
Antecedentes
El modelo del despegue El modelo que permitió el despegue de China se basaba en una fuerte inversión pública y en las exportaciones.
Masivo plan de inversiones En medio de la crisis de 2008, el Gobierno chino lanzó un masivo plan de inversiones que estimuló la demanda interna.
Nuevas alternativas Luego el motor de la inversión perdió fuelle y Pekín se abocó a buscar nuevas opciones.
Cambio de enfoque Las autoridades cambiaron el enfoque: ahora quieren reformar el sistema de oferta.
Idea central La reforma busca bajar las cargas que se imponen a las empresas para elevar la eficiencia.
US$ 610 mil millones totalizó el masivo plan de inversiones que lanzó China ante el temor de la crisis de 2008.
6,9% se expandió
la economía china en 2015, el crecimiento más débil del país en 25 años.