La esquizofrenia se manifestaría a raíz del "podado" neural de la adolescencia, donde el cerebro selecciona lo útil
Vincent Van Gogh, Syd Barrett y John Forbes Nash son tres mentes brillantes víctimas de fuertes alucinaciones, debido a una alteración sensorial situada en el gen C4, del cromosoma 6, en la cadena de ADN, el que desencadena la esquizofrenia.
No obstante, de acuerdo a un estudio patrocinado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), el problema se trata de un proceso más complejo relacionado con la cultura.
Luego de localizar los cromosomas alterados en 65.000 personas y 700 cadáveres, el director de Coordinación de Investigación Genómica del NIH, Thomas Lehner, descubrió junto a su equipo que el "pruning" o poda de las neuronas -proceso que consiste en la eliminación de las conexiones (sinapsis) que no necesitamos (determinadas por el contexto en que vivimos) para llevar al cerebro a una mayor eficacia-, "cuando es demasiada puede dañar las funciones mentales".
Esta explicación encuentra asidero en la etapa de aparición de la enfermedad, producida entre el fin de la adolescencia y el principio de la edad adulta, es decir, cerca de los 20 años, cuando el cerebro completa su formación de acuerdo a lo que considera útil para el futuro de la persona, ya que mientras ésta crece, las neuronas crean todos los enlaces posibles para luego ser limpiados con tal de obtener un órgano afinado.
"La base suele ser genética, pero luego hay un hecho que desencadena el proceso", explicaron los científicos.
Este descubrimiento puede significar cambios en el tratamiento de la esquizofrenia, ya que la actual medicación intenta regular la dopamina, mientras que el gen C4 está relacionado con procesos inmunológicos e inflamatorios.
Un estudio dice que la ansiedad puede alterar la percepción
NEUROLOGÍA. Según una investigación israelí, el estrés altera la respuesta a los estímulos y produce una especie de "paranoia" en algunas personas.
En momentos de tensión, la ansiedad puede jugar una mala pasada, ya que afecta la toma de decisiones. Asimismo, puede tener consecuencias negativas para el organismo.
Un estudio publicado en la revista de Cell Press, Current Biology, añade otra dificultad que pueden tener las personas en estos casos: un cambio en la percepción que se tiene del mundo y que conduce a situaciones similares a la paranoia.
Explicación
La investigación muestra que las personas diagnosticadas con ansiedad son menos capaces de distinguir entre un estímulo anterior y otro nuevo de similares características, por lo que tienden a generalizar el cruce de estas situaciones.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando una persona recibe un regalo, sobre todo si se trata de comida. El receptor tiende a pensar sobre detalles como el origen, la calidad, los ingredientes y las intenciones de quien lo envía. Estos elementos pueden aumentar el nivel de estrés y hacer que la persona no distinga si la "amenaza" es real o ficticia.
Para comprobar esta teoría, los científicos del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel) realizaron un experimento en el que entrecruzaron dos estímulos: uno llamado "neutral" (el sonido de un tono) y otro relacionado con la amenaza de la pérdida o ganancia de dinero.
En resumen, cuando se trata de experiencias emocionales, surge un fenómeno del comportamiento conocido como "generalización excesiva". En él, las personas son incapaces de distinguir entre una situación aparentemente neutra y una presunta amenaza, que puede provenir incluso de la imaginación.
"Se demuestra que en pacientes con ansiedad, la experiencia emocional induce la plasticidad en los circuitos del cerebro que dura después de que la experiencia ha terminado", señaló Rony Paz, uno de los autores del estudio.
La plasticidad neuronal es la adaptación en las funciones que tiene el sistema nervioso frente a un estímulo y que está involucrada en el proceso de aprendizaje.
Esta actividad provoca que el cerebro sea incapaz de distinguir situaciones nuevas, irrelevantes de algo que es familiar o no amenazante, lo que deriva a una situación de ansiedad.
En otras palabras, los individuos ansiosos tienden a generalizar las experiencias emocionales, ya sean amenazantes o no. Este fenómeno no puede ser controlado.
Experimento
Los investigadores reclutaron a un grupo de participantes que debieron distinguir entre diferentes tonos. El grupo fue entrenado para asociar tres sonidos diferentes, categorizados en pérdida de dinero, ganancia del mismo y un tercero sin ninguna consecuencia.
Luego, se les pidió escuchar 15 tonos diferentes, para luego reportar si habían ído cualquiera de los tonos que se habían colocado durante el entrenamiento. El que acertaba recibió dinero como recompensa.
Los autores detectaron que las personas ansiosas no acertaban al tono exacto, sino que aglutinaban sonidos similares a los que había escuchado anteriormente y pensaban en nuevos tonos sin relación con el entrenamiento. Caso contrario fue el de los participantes que no sufrieron ansiedad en el experimento.
Este hecho, según los investigadores, no ocurrió por problemas de aprendizaje o mala audición. La causa sería que el estrés cambia la percepción que las personas tienen de lo que ocurre a su alrededor, lo que tiende a un efecto similar a la paranoia en las experiencias emocionales.
Los científicos de Israel también descubrieron que durante el ejercicio las personas ansiosas mostraron diferencias en la amígdala, la región del cerebro que está asociada con el miedo. Este hallazgo podría explicar por qué el trastorno se desarrolla en algunas personas y en otras no.
"Los rasgos de ansiedad pueden ser completamente normales, e incluso beneficiosas evolutivamente. Sin embargo, un evento emocional, incluso a veces de menor importancia, puede inducir cambios en el cerebro que podrían conducir a la ansiedad en toda regla", indicó Paz.
La meditación, un posible remedio
Un estudio publicado en noviembre pasado en el Journal of Internal Medicine señaló que meditar media hora al día reduce la ansiedad y la depresión. "En nuestro estudio, la meditación aparentemente proporcionó tanto alivio de algunos de los síntomas de la ansiedad y la depresión como otros estudios han encontrado en los medicamentos antidepresivos", sostuvo Madhav Goyal, académico de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y autor de la investigación.