León Ortiz: el invaluable legado de un docente de excelencia
CHILLÁN. El profesor de 67 años, quien falleció junto a su hija Valeria (33) en el tsunami en Dichato el año 2010, dejó innumerables trabajos en favor de la cultura chillaneja y hoy es recordado por su trayectoria y entrega.
Icono de perseverancia, esfuerzo y vocación, es como sus pares definen a un docente de excelencia que lo entregó todo por su profesión y se ganó el cariño y admiración de todo aquel que lo conocía.
El profesor León Ortiz Novoa (67) falleció en Dichato el 27 de febrero de 2010 junto a su hija Valeria, en el tsunami que ese año azotó las costas de nuestro país. Sin embargo, el legado y la huella que este hombre dejó en la cultura y la educación chillaneja aún está latente en cada rincón de la ciudad.
Carpetas, recortes de diario, fotografías, escritos, canciones, la familia de León Ortiz ha guardado todos esos recuerdos durante este tiempo, pues consideran que todo aquello es parte de la vida de su esposo, padre y abuelo, es más, es simplemente lo que él era.
Es su propia familia la que destaca la vasta trayectoria de este profesor normalista, quien fue condecorado en más de una oportunidad tanto a nivel comunal como nacional. Fue elegido mejor profesor en la comuna de Bulnes y también en Chillán, obtuvo el Premio de excelencia docente comunal el año 2002 y el de Excelencia a nivel Nacional ese mismo año. Creador de la música del himno Chillán, fue además miembro destacado de la Orquesta Santa Cecilia y profesor de música en la Escuela República de México durante más de 30 años, lugar donde precisamente lo recuerdan como un ejemplo de vocación y amor por la música.
"Don León Ortiz fue un profesor integral, muy querido y respetado por los alumnos y por sus pares, siempre llevaba la camiseta puesta por la escuela, él siempre tuvo muy buena relación con todos nosotros. Era de verdad una hermosa persona", comentó la profesora de la Escuela México, María Eugenia Saldaña, quien trabajó durante varios años con Ortiz.
Saldaña recordó que en los últimos años de "Don León", como le decían sus alumnos, el docente demostró una vez más su amor por la escuela y por el arte que tanto le gustaba: la música.
"Después de 44 años él jubiló el año 2009, sin embargo yo recuerdo perfectamente que él hizo un taller de violín acá y no cobró ni un peso por hacerlo, lo hizo porque era lo que le gustaba y quería que los niños tuvieran la oportunidad de conocer la música de esa forma. Enseñó gratis, hasta el último día", comentó la profesora.
Gran corazón
Editha Carrasco lleva 20 años trabajando como secretaria en la Escuela México. Al llegar allí, muy firme ella nos consultó qué necesitábamos, y al nombrarle a León Ortiz la mujer bajó la mirada, sin poder controlar la emoción. "Don León era una persona integral", dijo.
Editha Carrasco recordó que el profesor León no solo era un profesional de primera categoría, sino que además era una persona cariñosa, preocupado por los demás y muy querido por todos.
"Cuando yo llegué aquí él me recibió, yo era jovencita y estaba embarazada de mi hijo, estaba complicada y él se dio cuenta de eso. Todos los días Don León me dejaba en mi escritorio un jugo de naranja y un dulce, todos los días, y no te imaginas como extraño yo eso, a veces pienso que va a aparecer una pastilla o un jugo en mi mesa, pero sé que ya no" contó emocionada la mujer.
Editha además indicó que el profesor León Ortiz siempre fue muy cariñoso con los alumnos y muy amable con cada uno de los profesores de la Escuela. "Él amaba lo que hacía. Era director del coro y le encantaba, los niños lo querían mucho. Su última licenciatura fue muy emotiva, él tocó junto al coro esa canción de Marco Antonio Solís "Donde estará mi primavera" y cada vez que la oigo se me paran los pelos, es que es demasiado emocionante, se le extraña muchísimo", comentó la mujer, y agregó: "Es un orgullo haberlo tenido de amigo. Fue una gran pérdida para la cultura chillaneja".
El legado
Algo que en vida siempre preocupó al docente era sin duda la violencia a la que habían llegado los alumnos en las escuelas y colegios del país. Según el mismo redactó en algunos escritos que hoy se encuentran en manos de la familia, al docente le inquietaba la influencia negativa que ha tenido la televisión en los niños, sobre todo en el tema del bullying en los establecimientos.
"Sé que es difícil, pero creo que a nivel nacional debe crearse un programa que evite la agresividad en los niños", planteó en uno de sus textos León Ortiz.
Así, casi como una premonición, el 8 de septiembre de 2011, es decir 1 año y 7 meses después del fallecimiento del profesor, se promulgó en el Congreso la ley sobre violencia escolar y bullying.
Hoy una Villa en Dichato lleva su nombre y uno de los pasajes de la misma fue bautizado como Pasaje Valeria Ortiz Obregón. Por otra parte, desde el 2 de julio de 2010 en la sala donde hizo clases de música en la Escuela México está colgada una placa con su nombre como una forma de recordarlo y de destacar su paso por el establecimiento. Esto solo es parte de lo que dejó como su legado.
"Él tenía una libreta. Cuando falleció nosotros la encontramos y vimos que tenía varias cosas escritas, cosas por hacer, y tenía todo tiqueado, no dejó nada pendiente", recordó la familia de León Ortiz.