En el verano de 1958, las autoridades ministeriales de la época a los establecimientos educacionales del país, que en los actos de iniciación de clases se le rindiera homenaje a Isabel Riquelme, madre de nuestro prócer mayor de nuestra historia, don Bernardo O'Higgins. Fue un acierto esa resolución, porque el día 8 de marzo, ya estaba asignado como el día de la mujer, previsto por una organización de trascendencia universal.
Con esta recomendación ministerial, ya tenía Chile, una mujer en quien personificar este homenaje a la mujer. Isabel había nacido el 6 de marzo de 1758. Estamos pues a 258 años de aquel nacimiento, que alegró el solariego hogar de don Simón Riquelme de la Barrera y de doña María Mercedes Meza y Ulloa. Isabel fue la segunda hija de este joven matrimonio. La madre, lamentablemente, dejó de existir, víctima del alumbramiento de uno de sus hijos. Su deceso consta en la copia de la partida de defunción, asentada en el obispado de Chillán, que antes perteneciera a Concepción.
Creció así aquella niña, cuyo destino habría de estar más tarde íntimamente ligado a don Ambrosio O'Higgins, el atrevido irlandés, que un día manifestara sus complacencias y sus amores a la joven Isabel. Estaba él aureolado por la fama y envuelto por los efluvios y fulgores de una vida romántica, que la envolvieron y la dominaron desde el primer momento. Don Ambrosio era nada menos que Virrey del Perú.
Nuestro laureado escritor Fernando Santiván, nos dice en su libro "El mulato Riquelme", al referirse a Isabel, que en esta relación se hace más evidente la portentosa y complicada máquina del destino. Doña Isabel vegeta en uno de los perdidos rincones del mundo: Chillán. En vano la naturaleza la ha engalanado generosamente. Es bella doña Isabel. "Termina este escritor tal capítulo, con una revelación, que haría cambiar posteriormente el futuro político de Chile. El 20 de Agosto de 1778 vino al mundo un robusto niño, rosado, con firme voz de mando, tan vibrante como para dominar el bramido del viento en la oscura noche de invierno."
Todos aquellos que guiados por un afán de cultura histórica, han investigado la vida de O'Higgins, han podido apreciar cuanto influyó en su carácter, esta mujer extraordinaria. Simboliza Isabel Riquelme y Meza, toda una época de luchas, angustias y sinsabores. Representa ella la abnegación y sacrificios de un período de nuestra historia, durante los cuales nació Chile y se estructuró la Nación. Chile tiene así una deuda de gratitud con la madre del prócer. Fue lo que pensó la autoridad ministerial el año 1958. Bien lo sabe la investigadora de su vida. Cyntia Soto que tiene un libro aún no editado sobre su vida y su obra.
Por Carlos René Ibacache I. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua.