"¿Cómo es posible que Lucho Flores juegue más que el resto?", se preguntaba un hincha de Ñublense que fue testigo de la derrota por 1 a 0 ante Coquimbo en Chillán, producto de una actuación paupérrima de todo un plantel que a diferencia del citado Flores se acordaron tarde de jugar fútbol.
Coquimbo pelea por no perder la categoría y Ñublense supuestamente intenta llegar a la zona de liguilla. Sin embargo, esa diferencia de objetivos no se plasmó en el campo de juego y es por ello que la derrota fue el reflejo de una campaña para el olvido de los hombres dirigidos por Fernando Díaz.
Durante los primeros 45 minutos el encuentro fue de trámite parejo, aunque como ya es costumbre, fue el elenco rival, Coquimbo, el que mostró mayor movimiento y verticalidad para llegar al arco defendido por Santiago Morandi.
Ñublense intentó poner la pelota al suelo, intentó poner una cuota de profundidad e intentó llegar con peligro a la zona contraria, pero todo se quedó en eso, solo en las intenciones, porque el fondo futbolístico, el mal trabajo de la semana y rendimientos individuales para el olvido le impiden llevar la teoría al campo de juego.
Fue así como Coquimbo se puso en ventaja a los 25 minutos gracias a un gol de Ariel Martínez, quien aprovechó todas las licencias defensivas de los chillanejos. Los Piratas presionaron la salida de Ñublense, recuperan la pelota, intentan entrar tocando, instante en el cual Martínez toma la pelota a la entrada del área y sin que nadie lo moleste, se acomoda y con un disparo rasante batió la resistencia de Morandi, quien tras el gol se tapó la cara con sus guantes, casi como pidiendo una explicación a lo inexplicable.
En el segundo tiempo se acordaron que había que poner la pelota contra el piso y que para llegar al arco contrario hay que hacer fútbol. Muchos dijeron que el café en el camarín fue cargado y que perder transitoriamente contra el colista, contra un equipo que había ganado solo un partido en el campeonato, pero la duda es que si contra Curicó y la semana pasada contra Concepción fueron las derrotas que supuestamente iban a marcar el punto de inflexión. Parece que no, porque si bien presionó y se generó jugadas, la falta de talento individual y por ende colectivo, hizo estéril todo esfuerzo.
Finalmente Ñublense perdió contra el colista y eso le va a costar caro.
Hablar sobre las falencias futbolísticas de Ñublense ya no vale la pena, porque son las mismas que se detectaron en la primera rueda y que aún no tienen solución, lo cual queda de manifiesto en los constantes cambios que cada fin de semana realiza Fernando Díaz en la oncena titular, más allá de los cambios obligados. El problema es más de fondo, ya que muchos jugadores, no todos, no tienen convicción en el trabajo y en lo que tienen que hacer en el campo de juego, a estas alturas muchos da la impresión que quieren terminar el campeonato para irse de Chillán.
Adiós a la liguilla
Matemáticamente Ñublense está a cinco puntos de la liguilla y quedan cinco puntos por disputar, sin embargo, en la interna de los Diablos ya palpitan que la pos temporada es una utopía.
"Estamos claros que la liguilla se dificulta enormemente, pensábamos ganar este partido. Aún están las posibilidades matemáticas, pero ya no hay margen de error, hay que ganar todo lo que viene", dijo el técnico Fernando Díaz, quien agregó que el equipo no merecía perder tras superar un primer tiempo abúlico.
Los jugadores hicieron su mea culpa tras la derrota. Pero al ser consultado sobre su responsabilidad, Díaz señaló que "Soy el conductor, soy el responsable, así de simple".
12° Lugar
Ocupa Ñublense en la tabla de la segunda rueda con 12 puntos y quedó a cinco unidades de la liguilla. 17.00
Horas Del próximo domingo Ñublense recibe a Iberia en Chillán, partido válido por la fecha 12 de la Primera B.