Soldados graduados cuentan su vivencia tras el terremoto del 2015
CHILLÁN. Setenta y dos efectivos se desplazaron hasta la Cuarta Región para colaborar luego del fuerte sismo que sacudió la zona en septiembre del año pasado.
La última marcha, frente al palco de honor, donde se encontraban el comandante de la unidad militar chillaneja, Ricardo Duarte y un gran número de familiares, fue la manera en que más de un centenar de jóvenes finalizaron con su Servicio Militar, tal como lo dispone la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN).
Pertenecientes a la promoción 2015-2016, fueron 106 los conscriptos que aparte de haber recibido su correspondiente instrucción militar, un número importante de ellos viajó tras el terremoto y posterior tsunami del 16 de septiembre del 2015 a la Cuarta Región del país donde realizaron una destacada labor (limpieza, entrega de víveres y alimentos), en los días posteriores al sismo que cobró la vida de 15 compatriotas.
Lo anterior fue destacado por el teniente coronel Ricardo Duarte durante su alocución en la ceremonia de graduación.
"Hoy (ayer) el regimiento se viste de gala, pues los 106 soldados que se acuartelaron hace un año pueden decir que cumplieron con un deber ciudadano, un mandato como lo establece nuestra historia, y además poder colaborar en la emergencia suscitada luego del terremoto de septiembre del 2015", puntualizó el alto oficial.
Colaboración
Tomando en consideración la magnitud de la catástrofe, con prontitud desde la unidad militar chillaneja partió un contingente principalmente a las comunas de Canela Alta, Canela Baja y Los Vilos, una de las localidades más afectadas debido a que la fuerza del agua causó gran destrucción sobre todo en la zona costera.
Rodrigo Aránguiz fue uno de los 72 militares que se sumó a la cruzada. Junto con destacar lo difícil del escenario post movimiento telúrico y maremoto, Aránguiz destacó que lo vivido el 2010 con el terremoto del 27-F, más su formación como boys scouts, resultaron claves. "Indudablemente fue un escenario complicado, sobre todo en la costa donde quedaron muchas casas destruidas. No obstante, lo acontecido el 2010 y mi condición de scout me sirvió bastante para mantener la calma en un momento complejo", recordó.
José Luis Toro también dijo presente luego del potente sismo. Pese a la magnitud de la destrucción, valoró la entereza de los habitantes de la zona afectada. "Al llegar, para mí era otro mundo, todo árido, pese a la tragedia, la gente se portó muy bien con nosotros", detalló con un dejo de nostalgia.
Aunque el panorama fue complicado desde el comienzo, el conscripto no esconde la satisfacción por su cometido. "Gracias al trabajo en equipo llegamos a lugares inaccesibles, y la gente lo agradeció con el corazón", explicó emocionado.
En una línea similar, Marcos Salazar calificó como una bonita experiencia su paso por Canela Baja, lugar al que fue destinado tras producirse el terremoto, cuyo epicentro se situó a 37 kilómetros noroeste de Los Vilos y a 37 kilómetros al suroeste de Canela Baja, con una intensidad de 8.4° en la escala de Richter.
"Fue una vivencia muy enriquecedora porque pudimos ayudar a nuestros compatriotas que estaban sufriendo", sentenció Salazar.
Cumplimiento
Al culminar el ciclo, Rodrigo Pizarro, comandante de batallón del Regimiento N°9, no ocultó su emoción tras el licenciamiento de los 106 soldados conscriptos. "Sin duda, hay sentimientos encontrados, pues se nos va gente (de Chillán, Concepción y alrededores) que tuvieron un importante grado de cumplimiento y servicio a la patria. Indudablemente se crea un lazo importante, ya que se comparte prácticamente los 365 días del año, pero contentos por las puertas que se les abren, tanto desde la civilidad como en la vida militar", remarcó el oficial.
Y precisamente la opción de seguir ligados a las Fuerzas Armadas ha sido una idea que cada vez ha ido ganando más adeptos entre los conscriptos.
De hecho, de acuerdo a estadísticas de la unidad militar chillaneja, este año fueron 608 los soldados ñublensinos voluntarios, 39 más que el 2015. Otro aspecto a considerar es el importante número de conscriptos que han optado por seguir ligados a la institución castrense.
"De la generación que recientemente se graduó son 28 los efectivos que permanecerán en las filas del Ejército como soldados profesionales. Es decir, ellos cumplen un contrato que dura cinco años, pasando a ser parte de la planta institucional, pudiendo ser destinados a cualquier unidad del país", pudiendo aprender distintas especialidades, e incluso postular a las distintas escuelas matrices", detalló Pizarro.
José Luis Toro es uno de ellos. Si bien reconoce que quería hacer el Servicio Militar porque su hermano mayor lo realizó, no duda en destacar los fundamentos de esta importante decisión.
"Uno no imagina lo que puede aprender. Postulé como soldado profesional, y ahora me voy a la ciudad de Angol", comentó.
Pese a que no continuará ligado al Ejército, Diego Jara jamás olvidará su paso por el regimiento de la capital de Ñuble. Lo anterior, ya que fue uno de los soldados conscriptos condecorados con la Medalla 18 de Septiembre, estímulo que entrega la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) durante el transcurso de la tradicional Parada Militar, a los efectivos que obtengan las mejores calificaciones durante su proceso de instrucción.
"Estoy muy orgulloso con haber obtenido la medalla 18 de Septiembre, será un recuerdo inolvidable para mí", precisó Jara.
En relación a su futuro, el joven coihuecano se toma las cosas con calma. "Por ahora, quiero trabajar y prepararme bien para rendir el otro año los exámenes y poder entrar a la Escuela de Oficiales", sentenció con un dejo de confianza sobre sus próximos pasos profesionales.
"Ha sido una gran experiencia, he aprendido a valorar a la familia y la comida. Espero seguir mi carrera en la Escuela Naval".
Rodrigo Aránguiz, ex conscripto
"Uno no imagina lo que puede aprender. Postulé como soldado profesional, y ahora me voy a la ciudad de Angol".
José Luis Toro, ex conscripto
"Fue una vivencia muy enriquecedora, porque pudimos ayudar a nuestros compatriotas que estaban sufriendo".
Marcos Salazar, ex conscripto
Formación integral para los jóvenes
Según el mayor Rodrigo Pizarro, en una primera fase el Servicio Militar busca lograr la transformación de un civil a un soldado, que puede desenvolverse en un ambiente militar. En tanto que en una segunda etapa "se les entrega una preparación específica, por ejemplo manejo de armas", explicó. A juicio del oficial, tampoco queda de lado el tema académico, ya que una vez seleccionados "los jóvenes pueden terminar su enseñanza media y además reciben diferentes capacitaciones, como administrador de bodega, pintor, además de la instrucción como brigadista que en Chillán les entrega la Corporación Nacional Forestal (Conaf)", remarcó Pizarro.
"Estoy muy orgulloso con haber obtenido la medalla 18 de Septiembre, será un recuerdo inolvidable para mí".
Diego Jara, ex conscripto
106 soldados conscriptos fueron los que se licenciaron ayer en una emotiva ceremonia que se llevó a cabo en dependencias del Regimiento N° 9 de Chillán.
72 efectivos viajaron a la región de Coquimbo a trabajar en distintas labores, tras el terremoto ocurrido el 16 de septiembre del año pasado.