La plata se nos va por debajo de la puerta, por los débiles cristales de las ventanas, por los entretechos sin aislantes. En invierno, así es la cosa, porque el frío nos obliga a encender estufas o calefactores para combatirlo. Y lo hacemos durante más horas si no tenemos los aislantes correspondientes en nuestra casa.
Por debajo de las puertas debemos poner una tira de textil o de otro material flexible para que cierren herméticamente. En castellano, la Real Academia le llama "burlete", y se usa para puertas, ventanas y balcones, con ese fin de aislación. Esos burletes, si son esponjosos, lo podemos poner alrededor de toda la puerta o ventana, con lo cual conseguimos tapar las rendijas por donde se cuela el aire frío, obligando a encender las estufas.
También nos obliga a lo mismo si nuestra vivienda no tiene paredes con buen aislante o en los entretechos nos conformamos con un poquito de aislante de lana de vidrio o de plumavit. Por ahí se nos va el dinero. En invierno queremos tener las casas templaditas, agradables. Entonces encendemos las estufas con cualquier madera, con cualquier material, sin mirar que por el tubo de la chimenea sale un humo negro y contaminante. Contaminación que nos afecta a la salud, especialmente a niños y adultos mayores.
Chillán-Chillán Viejo es una intercomuna demasiado contaminada, porque que más del 90% de las casas se calefacciona mediante estufas a leña. Contaminamos tanto, que nos situamos entre las cinco ciudades más problemáticas del país.
Las autoridades regionales nos hablan de restricciones. Y nos anuncian algo que hace tiempo vienen haciéndolo: que nos van a cambiar los sistemas de calefacción, que nos van a subsidiar para cambiar las estufas y los equipos; que debemos usar otros combustibles…En fin, creo que mientras esperamos la concreción de todas esas alternativas, propongo que cambiemos ingeniosamente nuestras propias costumbres y hábitos, en beneficio de las condiciones generales de vida y de nuestras billeteras.
Poner aislantes gruesos y de calidad en los entretechos, utilizar "burletes" en puertas y ventanas… y, una solución curiosa, poner en invierno marcos de madera por fuera de las ventanas y cubrir el espacio con plásticos transparentes, que no impidan la entrada de la luz. Hacen el efecto de doble ventana y crean una cámara aislante que es muy económica y práctica para conseguir el objetivo del ahorro.
Proteger el medio ambiente, es proteger nuestra salud. Pero hacerlo con ingenio, también nos protege la economía familiar.
Miguel Ángel San Martín, Periodista.