En las últimas semanas, uno de los hechos de mayor relevancia pública para el país fue el discurso de la Presidenta en la Cuenta a la Nación del 21 de mayo. A nuestro modo de ver, el discurso presentó dos caras: una positiva, por la actitud menos confrontacional de la Presidenta y por el llamado al diálogo que hizo a los empresarios y a darle prioridad al crecimiento, afirmando que "sin crecimiento no hay desarrollo social", y otra cara que mostró la ausencia de señales claras en temas relevantes y donde no existen definiciones concretas.
En primer lugar, hubo silencio respecto a la grave situación de la Araucanía, donde se ve la mayor debilidad del Estado de Derecho en todo el país. Está falta de seguridad, en materia de orden público, también se pudo observar el mismo día del discurso, en las afueras del Congreso, donde tuvimos que lamentar trágicas consecuencias, o en la invasión hace unos días de La Moneda por parte de algunos estudiantes. Sin duda, un país en donde el principio más básico del imperio de la ley, el de la seguridad, está viéndose debilitado en la práctica, genera una mayor incertidumbre.
En segundo lugar, no se aprovechó la oportunidad de despejar la incertidumbre generada por la Reforma Laboral. No hubo definición respecto al curso que seguirá el Gobierno en esta materia, y la incertidumbre que genera el mantener abierto el debate sobre esta ley, especulando sobre el contenido de leyes cortas que permitan cumplir el fallo en su forma, pero no en su espíritu, hace imposible focalizar los esfuerzos en lo que Chile realmente necesita.
Finalmente, tampoco hubo anuncios sustanciales, ni medidas microeconómicas de reactivación, ni para enfrentar la pobreza. Lamentablemente, la parte media vacía del vaso parece sobreponerse a la media llena.
No obstante todo lo anterior, invitamos a que debemos seguir mirando hacia adelante con optimismo y buscar las herramientas necesarias para recuperar el crecimiento y la inversión. Debemos resistir la sensación de pesimismo, y actuar de manera proactiva, pensando en lo que el país y la provincia del Ñuble, necesitan a mediano y largo plazo para desarrollarse y para volver a crecer. Siempre hemos dicho que crecer debe ser un objetivo fundamental para todos. No es una meta de gobiernos o empresarios, sino que de todo un país, de una región y de las provincias.
Invitamos a todos, a ver la parte llena del vaso, a mostrar lo que la provincia puede alcanzar, y a impulsar una nueva etapa de crecimiento que sea coherente con las circunstancias que actualmente vive el país y el Ñuble. Porque tal como dijo la Presidenta en su discurso del 21 de mayo, "sin crecimiento no hay desarrollo social".
Hermann Von Mühlenbrock Presidente de la Sociedad de Fomento Fabril, Sofofa.