Mabel González / Agencias
La Convención Nacional Republicana empezó ayer en Cleveland, Ohio (EE.UU.) con el objetivo de investir oficialmente al magnate Donald Trump como el candidato del partido a la Casa Blanca para las elecciones del 8 de noviembre.
La primera jornada estuvo marcada por las fuertes protestas desatadas por delegados contrarios al candidato que alegaron porque se les negó un voto sobre las normas partidistas.
"¡Vergüenza! ¡Vergüenza!", gritaron cientos de representantes de la facción anti Trump, reflejando la profunda división al interior del partido.
Muchos republicanos están reacios a nominar al magnate y astro televisivo de reality shows. Organizadores republicanos tuvieron que esforzarse bastante para atraer a las personalidades que generalmente vienen a esta convención, y aún hay más preguntas que respuestas, especialmente sobre el programa a seguir.
Antes de que se generaran las manifestaciones, a eso de las 13 horas, el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Preibus, dio la bienvenida a la reunión celebrada en el pabellón Quicken Loans Arena, en el centro de Cleveland, blindado por más de tres mil policías que supervisan la seguridad del cónclave.
Preibus pidió un momento de silencio en homenajea los cinco policías asesinados en Dallas el 7 de julio pasado por un francotirador, así como los tres agentes que perdieron la vida de la misma manera este domingo en Baton Rouge (Louisana).
Unas 50 mil personas asisten a la reunión, de las que unas 15 mil son periodistas y demás personal de los medios de comunicación, lo que da idea de la enorme expectación mediática que genera el foro republicano.
En esa concurrencia a la convención, que se celebra hasta el jueves, figuran también unos cinco mil delegados que representan a los 50 estados de EE.UU., el Distrito de Columbia (donde está la capital del país, Washington) y cinco territorios vinculados al país norteamericano.
Esos delegados serán los encargados de formalizar este jueves la designación de Trump como aspirante a la Presidencia, quien se enfrentará a la candidata demócrata, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, que a su vez será nominada la próxima semana en la convención de su partido en Filadelfia.
Los debates de ayer, jornada que tenía como lema "Hacer a EE.UU. seguro de nuevo", se centraron en cuestiones de seguridad, como la lucha contra el terrorismo, un asunto al que Trump ha dedicado mucha atención durante la campaña, en la que se ha presentado como "el candidato de la ley y el orden".
Estaba previsto que por la noche interviniera la esposa del candidato, la ex modelo eslovena Melania Trump.
En la jornada inaugural, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, fue elegido oficialmente como presidente de la Convención. El legislador de Wisconsin, que fue nombrado a viva voz por unanimidad, ha tenido una relación difícil con Trump. Si bien ha manifestado su respaldo al magnate, ha criticado su discurso.
La Convención Nacional Republicana se inauguró después de que Trump anunciara el pasado viernes que su compañero de fórmula y aspirante a la Vicepresidencia será el gobernador de Indiana, Mike Pence.
Los grandes ausentes al foro
Algunos prominentes republicanos del status quo, incluyendo muchos legisladores que este año están en campaña de reelección, no asistirán. Preocupados de que su asociación con Trump tenga un efecto negativo con los votantes, estos republicanos se están manteniendo al margen del foro. Es el caso de los senadores Kelly Ayotte, Mark Kirk y John McCain. Tampoco acudirá el ex presidenciable Mitt Romney, así como los dos últimos presidentes republicanos, George W. Bush y George H.W. Bush.