"Habrá más retiros que años anteriores para apartar a aquellos que se alejan de la doctrina"
Mientras la presidenta Michelle Bachelet arribaba a Chillán, cerca de las 19 horas del pasado jueves 19 de agosto -para celebrar al día siguiente el natalicio de Bernardo O'Higgins- el Director General de la Policía de Investigaciones, Héctor Espinosa Valenzuela (57) llegaba al Gran Hotel, frente a la Plaza de Armas, culminando una ajetreada agenda que se centró en recorrer los tres cuarteles dentro de la ciudad y también el que está ubicado en San Carlos. A los detectives los citó en la sala Lázaro Cárdenas -después de visitar el Mural de Siqueiros de la Escuela México- y les dio a conocer los ejes de su gestión, dándose el tiempo también de escuchar sus requerimientos.
Ya más relajado en el salón del hotel donde pasaría la noche antes de participar en la tradicional fiesta chillanvejana, conversó distendidamente con Crónica Chillán. Está al tanto de los aciertos policiales a nivel local y también de las condiciones de hacinamiento que soportan los funcionarios en los cuarteles de Vega de Saldías y avenida O'Higgins que, espera, sean refaccionados con Fondos Nacionales De Desarrollo Regional (Fndr).
El 19 de junio de 2015 asumió la máxima investidura de la PDI, tras ser escogido por la presidenta Michelle Bachelet, lo que significó un gran cambio. En los dos años previos, estuvo a cargo de la jefatura nacional de Inteligencia. Por ello, sabe quiénes son Óscar Carpenter Villagra (ex analista de 'La Oficina') y Claudio Muñoz Rodríguez (oficial retirado -y hoy desaparecido-que investigó la muerte de Arturo Araya, edecán Naval de Salvador Allende).
-¿Fue un cambio importante pasar de jefe de Inteligencia a Director General?
-No daba entrevistas, no porque tuviera que esconder algo, sino que es un trabajo mucho más discreto, reservado. Después, uno se transforma en el vocero oficial de la institución, debe defenderla, tener opinión sobre algunos temas y las mismas autoridades plantean sus dudas, también los medios de comunicación. Uno debe ser prudente.
-¿Qué tanto conoce la provincia de Ñuble?
- Estuve gran parte de mi carrera en Concepción, también como prefecto y como jefe regional subrogante varias veces, entonces conocí las 54 comunas, entonces creo conocerla bien.
-¿Cuáles serán los sellos de su gestión?
-A mi etapa le quiero estampar definiciones, así como creo que al país en general tiene que definirse en cuanto al rol que debe tener la PDI. Los principios de mi gestión, además de una alta preocupación por el personal, considera primer lugar: Fortalecimiento del capital humano, el equipamiento y tecnología, que es importante porque los detectives necesitan condiciones dignas. El segundo eje es la ética, probidad y Derechos Humanos, porque la policía como la nuestra debe ser un referente, tener claro que no podemos alejarnos del respeto y la dignidad de las personas. Quiero ser enfático en que la PDI no se presta para enlodar a las personas ni filtrar información. En último término, está la capacidad de profesionalización, dada por el aporte científico que le llegue al fiscal y que se dé cuenta que existe una policía que le da elementos sólidos para ayudar a condenar.
-¿Cómo ve la situación de los cuarteles en Ñuble?
-En San Carlos estamos arrendando un cuartel y está en condiciones aceptables, pero estamos tramitando el convenio de mandanto para iniciar la construcción de un nuevo edificio que tiene todas las instalaciones adecuadas para el personal y los usuarios. En Chillán estamos complicados porque hay un cuartel que estamos arrendando y otros dos que son nuestros pero no están al cien por ciento y falta invertir para mejorar la infraestructura, así que veremos cómo mejorar eso o ampliar algún lugar.
-¿Están al tanto de lo que implicará para la PDI el que Ñuble sea región?
- Todo indica que así va a ser. Para ello tiene que haber la infraestructura, por lo que habrá técnicos que ayudarán a que todo esto se haga lo más rápido posible. Además, supone un jefe regional, que es un prefecto inspector, con su oficina, además de la administración de fondos que hoy dependen de la octava región, pero tendríamos que descentralizar todo eso.
- ¿Significa mayor dotación?
-Sí, tiene que venir más gente aunque no sabemos cuánta. Hay que ver cómo se crean las provincias y en qué lugar nos falta cobertura, pero habrá un jefe regional con su plana mayor.
-Este año se paralizó la admisión de Oficiales Profesionales ¿se prevé nuevas promociones?
-La Ley habló de 2.066 nuevos OPP y se cumplió. Ahora hay alrededor de 80 vacantes y el próximo año podríamos llamar a concurso, pero no tenemos ampliación de esa planta. Con 120 ya podríamos hacerlo.
-¿Cuáles son las áreas de los delitos no resueltos que más le afectan?
- Los homicidios. La vida de una persona no tiene precio, independiente de su condición y en eso debemos ser claros, porque no miramos la clase social, sino a la persona como un ser, y hacemos todo lo posible para alcanzar la verdad sobre lo que ocurrió. Por eso la Brigada de Homicidios tiene un grupo de homicidios pendiente, pero no debiera haber impunidad, al igual que en la desaparición de personas. Por eso hemos reforzado la jefatura de Homicidios y Derechos Humanos, con una coordinación especial, poniendo médico criminalista en todas las regiones del país, para cooperar con cada brigada.
-¿Eso tiene que ver con el rol de funcionarios en el caso de Viviana Haeger, o la muerte del subcomisario Franco Collao?
- No tengo miedo al escrutinio público, tampoco a la prensa, porque creo que la ciudadanía debe saber qué es lo que está haciendo su policía y eso nos obliga a ser cada día más profesionales y corregir nuestros errores. Somos una institución conformada por seres humanos y también podemos cometer errores y lo debemos reconocer. Cuando eso ocurre, tomamos la decisión. Se han hecho reestructuraciones, cambiado equipos investigativos y también desvinculaciones.
- ¿Hay delitos contra las personas y también contra la propiedad pendiente?
- Estamos revisando todos los mandos operativos, para saber cuáles son los que no están acorde a nuestra línea y vamos a ir a haciendo los cambios que corresponde. También hemos sido exigentes con las calificaciones y vamos a tener una cuota de retiro mayor que la de años anteriores para poder apartar a aquellos que se alejan de la doctrina. Sólo queremos gente profesional y que haga bien su trabajo.
"A mi etapa le quiero estampar definiciones, así como creo que al país en general tiene que definirse en cuanto al rol que debe tener la PDI""