¿No más Encuestas?
Cuando nuestra presidenta Bachelet declara que no gobierna según el dictado de las encuestas y el ministro Fernández agrega que lo importante es cómo se siente el país y no sólo el par de miles de chilenos que las contesta, invita a reflexionar por el real peso específico que tienen las encuestas para todos los políticos y afines. Porque resulta que cuando las cifras de las encuestas están por los cielos, las autoridades de gobierno las miran, las escuchan, se regocijan y obran en consecuencia siguiendo al detalle los designios de la ciudadanía opinante; sin embargo, cuando los guarismos están por los suelos, nuestras autoridades se vuelven ciegas, sordas y mudas, simplemente las ignoran.
Claramente es mejor navegar con el viento a favor que en contra, los ejemplos de acomodo de los resultados de las encuestas traen a la memoria los dichos del diputado Andrade cuando en Julio del 2011 el presidente Piñera tenía -según una encuesta- un 35% de apoyo y un 53% de rechazo, y él manifestó que Chile no se merecía un presidente con tan baja aprobación.
Sin embargo, con respecto al actual 15% de apoyo y al 66 % de rechazo de la presidenta Bachelet, el diputado Andrade ha mantenido silencio.
Las encuestas son fotos de la realidad, exentas de photoshop, en donde un caudal de datos son sometidos a herramientas matemáticas que finalmente le muestran a las autoridades, políticos en general de qué manera la ciudadanía los califica. Sin lugar a dudas cada foto tiene sus rasgos característicos, la luz, las sombras, posición y actitud de los fotografiados, pero cuando la tendencia es clara, las cifras se reiteran, foto tras foto. Descalificarlas a la primera no es un muy buen signo, no sin antes recordar que en otros momentos, cuando las cifras les sonreían, eran otras sus inferencias y determinaciones, como por ejemplo el asumir una candidatura presidencial.
Finalmente, ¿sirven o no las encuestas? ¿Sus cifras son representativas? o ¿Siempre tienen el sesgo de quien las ordena ó de quién las realiza?
Luis Enrique Soler Milla.
Fondos de pensiones
Más allá de lo que se pueda hacer hoy, más allá de lo que se deba hacer hoy con las A.F.P., es importante dar una mirada a él origen y las motivaciones que ocultó tal decisión.
Sin lugar a dudas que el origen de las AFP es consustancial al modelo económico que se impuso, se instauró y se consolidó en nuestro país en tiempos de la dictadura militar.
Lo mínimo que queda de manifiesto es que el modelo requería de la consolidación de grupos económicos con poder suficiente para penetrar en el mercado financiero y consolidar un proceso de capitalización de tales grupos de poder.
Las AFP, entonces, no sólo se crearon para administrar los fondos de pensiones de los chilenos sino que fueron un instrumento de capitalización para esos grupos de poder que nacieron y se consolidaron además, con garantías especiales y facilidades para que esos mismos grupos de poder se hicieran del control y propiedad de muchas empresas del estado que fueron privatizadas a "dedo".
Tenemos entonces que la consolidación del sistema económico imperante contó, para capitalizarse y consolidarse, con el patrimonio de todos los chilenos y con las ventajas comparativas que le proporcionaba un gobierno de facto.
Por su origen, por su carácter de imposición, por lo injusto y sobre todo por sus consecuencias, creo necesario revisar su legitimidad.
Juan Luis Castillo Moraga.
Calle Francisco Ramírez
Cinco mil personas transitan diariamente por la larga cuadra de Francisco Ramírez en Chillán. En ella se encuentran los principales centros de Salud Pública de la ciudad y de la provincia, en esta histórica calle circula un importante flujo de vehículos hacia el oriente de la ciudad.
Si ponemos un minuto de atención, veremos la ausencia de los servicios municipales; en el retiro de basura y limpieza en el sector, en el control de los estacionamientos en platabanda o en doble fila, impidiendo la circulación de vehículos de emergencia; encontramos veredas en mal estado que son un peligro para los pacientes, muchos de ellos de avanzada edad y minusválidos.
Todos exigimos dignidad como vecinos, todos queremos limpieza cerca de hospitales y consultorios, se solicita respeto para pacientes y familiares que a temprana horas deben lidiar con la densidad del trafico y el abuso de comerciantes ambulantes y "semiestablecidos" que se toman las veredas.
Existe una gran demanda por seguridad de toda la comunidad que trabaja en el área, el descuido y abandono que presenta toda la calle Francisco Ramírez, ha atraído la presencia de delincuentes y con esto los "cartereos", "lanzazos" e incluso han aumentado los robos al personal de los servicios médicos.
Oscar Carpenter V.