Nicole Otazo C. / EFE
La paranoia de un régimen, una Corea del Norte hermética y el secuestro de dos estrellas del cine surcoreano dan vida a un documental sobre la apasionada historia del director Shin Sang-ok, la actriz Choi Eun-hee y el dictador norcoreano Kim Jong-il en "The Lovers and The Despot" (Los amantes y el déspota).
El documental, que fue dirigido por Rob Cannan y Ross Adam, incumbe en las vidas de Choi Eun-hee y Shin San-ok, que además de ser pareja amorosa eran figuras del séptimo arte en su país. Situación que llevó a que fueran secuestrados por la dictadura norcoreana en los años 70 y así poder impulsar el cine nacional como herramienta de propaganda para el gobierno.
Ambos artistas rodaron y protagonizaron hasta diecisiete películas en Corea del Norte bajo el control de Kim Jong-il. quien estaba fascinado con las posibilidades y el poder que tenía el cine en la población.
Los trabajos de Choi Eun-hee y Shin San-ok tuvieron eco dentro del bloque comunista, sin embargo los enamorados aprovecharon un viaje promocional a Viena, en 1986, para escapar y terminaron refugiados en la embajada de Estados Unidos en ese país.
Luego de que los artistas volvieron a Surcorea, las dudas sobre si el secuestro fue real crecieron entre los ciudadanos, aunque los protagonistas siempre defendieron que habían permanecido en Corea del Norte contra su voluntad.
Cuando Rob Cannan y Ross Adam supieron del suceso, les pareció "una de esas historias sorprendentes", que son tan buenas que extraña que nadie hubiera hecho una película antes, indicó Cannan a EFE.
EL TRABAJO
Los cineastas viajaron a Corea del Sur para conocer a la actriz Choi Eun-hee, la única de los tres protagonistas que continúa con vida, para ver la posibilidad de hacer el documental.
"Nos llevó un tiempo construir una relación", dijo Cannan, quien destacó que a ella pareció gustarle el "acercamiento" con el que pretendían abordar el documental.
Una de los hitos reveladores de "The Lovers and The Despot" es la existencia de grabaciones secretas de sonido, realizadas por la actriz, del norcoreano Kim Jong-il.
Las cintas demuestran la peculiar y cercana relación, en ciertos momentos, que se estableció entre Kim Jong-il y el director Shin Sang-ok.
Según el realizador del documental Ross Adam, una de las cosas que más les atrajo del proyecto, como directores, fue la hipótesis de que un día llegara alguien, en este caso un dictador, y ofreciera todos los recursos posibles a disposición de un cineasta.
Para Adam es ahí donde surgen los interrogantes. ¿Sufrió Shin Sang-ok del "síndrome de Estocolmo"?, ¿Jugaba con el dictador para "poder escapar"?, ¿O, simplemente, estaba "demasiado tentado" por poder rodar sus películas sin preocuparse por el costo o los medios?.
"Ciertamente, los dos tenían una pasión compartida, una obsesión compartida: el cine", contrapuso Rob Cannan, y el resultado de esa singular colaboración fue un conjunto de filmes que cantaban las bondades del régimen comunista y que pretendían lanzar al mundo la ideología de Pyongyang.
Los realizadores de "The Lovers and The Despot" afirmaron que trataron de mantenerse "escépticos" pero también con "la mente abierta" a la hora de confirmar el relato de Choi Eun-hee con otras fuentes, aunque indicaron que la actriz fue muy específica al recordar su vida en Corea del Norte.