Villa Los Castaños
Señor Director: Los habitantes de la Villa Los Castaños estamos cansados de la poca consideración que las autoridades de la ciudad tienen para con nuestra villa. A la precariedad del pavimento todo destruido, la pérdida de los portones automáticos y los problemas con los taxistas y enormes camiones que se estacionan y circulan por el lugar, ahora tenemos más inconvenientes con la Clínica Chillán, ya que con su ampliación interrumpen el diario vivir de los ciudadanos, especialmente adultos mayores que ven trastocada sus vidas. Esperemos que el estacionamiento que están habilitando tenga salida por calle Pedro Aguirre Cerda -ahí están dadas las condiciones para hacerlo- y no se les vaya a ocurrir por Schleyer (próximo a la entrada de la villa), ya que sería la gota que colma el vaso produciendo una circulación incesante de vehículos que sólo traería caos y destrucción a la villa y las calles aledañas y la pérdida absoluta de la vida familiar.
En la entrada sur de la villa se colocó un letrero que impide la circulación vehicular desde el sur; sin embargo, esta señalética muy pocos vehículos la respetan y más parece una broma de mal gusto, pese a que un par de veces se han visto carabineros controlando esto, pero aún es muy poco. Acá se ha dicho reiteradamente que se abriría la calle Schleyer para que esta llegue a la Avenida Collín, pero tampoco sucedió así. Simplemente hemos visto, por años, que las empresas establecidas (Lider, la misma clínica y ahora taxistas) tampoco han sido capaces de preocuparse del entorno (como sucede en Europa y otros países desarrollados): jardines, árboles, calles usadas como centros de acopio, paradero de taxis, calles sucias y llenas de basura. Sólo usufructúan de un espacio que fue pensado para la convivencia y el buen vivir de los ciudadanos. Y la autoridad, como siempre, brilla por su ausencia y hay nulo compromiso de trabajar por los vecinos y no ser simple comparsa de grupos empresariales y económicos.
Álvaro Rodrigo Arévalo Ferrada.
Chile cambió
Chile cambió se escucha decir a menudo desde las más altas autoridades, refiriéndose a 30 años atrás, quedándose en el pasado. No hay duda que Chile continúa cambiando como es natural en toda sociedad. Sí, ya los chilenos no se impresionan por delantales blancos visitando jardines infantiles, ni promesas de gratuidad universal, ni solidaridad tergiversada, ni promesas demagógicas, ni doctrinas ideológicas totalitarias añejas. Los chilenos ahora son personas informadas que reflexionan, porque gracias a los engaños son desconfiados y no se influyen por caras sonrientes enmascaradas de bondad. Los chilenos cuestionan cada vez más los dichos, discursos y declaraciones de políticos y de las esferas de poder. Una de las cosas que falta cambiar es acudir masivamente a votar para terminar con los gobiernos de minorías, que se abogan la representatividad de la mayoría seria y trabajadora del país. No se dejarán manipular, estudiarán las entrelíneas de los candidatos y acudirán a votar.
Marcos Concha Valencia.
La dieta
La dieta en general se asocia al deseo de bajar de peso o también para no subir. Sin embargo, hay una dieta que nos preocupa a todos, y es la dieta parlamentaria. Esta dieta es muy especial, pues ha servido para engordar los bolsillos de quienes dicen representarnos y ha vaciado el de los representados que somos el resto de los mortales.
Jorge Valenzuela Araya.
Alzheimer y mujer
En el ámbito mundial, se estima que 35 millones de personas tienen algún tipo de demencia, cifra que se duplica cada veinte años, proyectándose en 135 millones al 2050. En Chile, actualmente las personas adultas mayores representan cerca de 17% de la población, equivalente a cerca de tres millones, y se estima que 1.1% de la población total presenta algún tipo de demencia.
La Organización Panamericana de la Salud señala que 55% de los casos de demencia corresponde a la enfermedad de Alzheimer (EA), trastorno neurodegenerativo progresivo caracterizado por la pérdida de memoria y deterioro en la cognición. Los estudios epidemiológicos revelan que dos tercios de la EA corresponden a mujeres y la disminución de las hormonas esteroides sexuales después de la menopausia, se ha propuesto como un factor de riesgo para la enfermedad. Es más, en las publicaciones del último tiempo, se indica que la edad, la presencia del genotipo APOE-e4 y el sexo femenino originan una compleja triada de interacción de riesgo para la EA.
Chile en los últimos años ha cambiado su pirámide poblacional, en que se proyecta que al 2030 nuestra población experimente cambios demográficos más marcados, con una importante progresión en el número de personas adultas mayores, principalmente mujeres. En este contexto, estrategias para mejorar la calidad de vida de este grupo etario, abordar la EA con una visión de género y disponer de nuevas alternativas de apoyo para su manejo, de alto costo económico e impacto social, resultan absolutamente necesarias.
Erica Castro Inostroza, Académica IPSUSS. U. San Sebastián.