Ante la derrota en la elección municipal hay dos discursos en el oficialismo, el que destaca, por sobre cualquier resultado, la alta abstención y adjudica derrota de la Nueva Mayoria a los problemas de gestión e irregularidades en el financiamiento. Y el segundo, que reconoce la derrota como aplastante para el Gobierno y está presionando por un cambio en el tercio de período que queda al mandato de Michelle Bachelet.
La Presidenta no sólo no admitió la derrota de la coalición que se fundó como plataforma para su candidatura presidencial en 2013, persistió durante todo su discurso en la abstención y en el "malestar ciudadano" por la falta de probidad y de renovación en la política. Sin embargo, ninguna de esas variables parece haberse confirmado, primero, porque fue evidente que esta fue una campaña ostensiblemente más austera, con nuevas formas de llegar a los electores, con menos recursos y más transparencia. Y, luego, porque el gran número de candidatos a alcaldes y concejales abrió la puerta para la competencia de nuevas figuras, varias de las cuales se convirtieron ayer en autoridades electas: en Chile Vamos alcaldes de Santiago, Maipú, La Reina, Punta Arenas, entre otras.
El gobierno enfrenta ahora aún más dificultades: un mayor quiebre al interior de la Nueva Mayoría, cuando tiene pendiente reformas emblemáticas (reforma a la educación superior, aborto, entre otras); la profundización de la crisis que se arrastra ya desde hace meses y, probablemente, el estancamiento de la aprobación ciudadana o, incluso, una caída. Si bien un cambio amplio de gabinete contribuiría a dar oxígeno, el factor esencial que afecta hoy a la Nueva Mayoría es el rumbo que el Gobierno insiste en mantener y respecto del cual no parece haber voluntad de cambio.
La derrota es contundente desde prácticamente todas las variables que miden la elección municipal. Y expresa, además de la evaluación puntual de liderazgos locales, el rechazo al Gobierno, a la forma cómo la Presidenta Bachelet lo ha conducido en estos 30 meses, a las reformas mal inspiradas e improvisadas que ha impuesto y al deterioro que afecta a Chile en áreas claves.
El resultado de las Municipales 2016, en la práctica, es el rechazo al estilo de la "retroexcavadora", que pretendía poner fin a un modelo de progreso social, político y económico que ha sido exitoso; y a una gestión que severos déficits. Y puede ser, muy probablemente, el inicio de la recuperación de los índices de confianza, que comienzan a deteriorarse a fines de 2013.
Frank Sauerbaum, Ex-Diputado por Ñuble Ingeniero Comercial MBA.