Mesa redonda UBB sobre Ñuble Región
Señor Director: En el marco del proyecto Ñuble Región que aún no ve la luz, al parecer por la enfermedad de un senador -según se expresó en el encuentro-, pero afortunadamente se recuperó, porque la parecer el resto del Senado no tendría la disponibilidad de reemplazo al enfermo, uno se sigue preguntando ¿para qué están los demás? Y se sigue leyendo que a pesar del aumento de parlamentarios, son pocos los que tienen el poder de legislar y es sólo uno de cada bancada los que a la postre marcan la pauta a los demás.
¿Pero cómo vencer el centralismo y lograr cierta autonomía de la futura Región? Una tarea difícil, cuando a todas luces Ñuble no ha desarrollado su propio potencial político. De muestra, sólo un botón. Bastó que un senador que el poder centralizado nos impuso, hablara y desestabilizó y sacó a la gobernadora. Lo propio puede igual pasar con la futura Región, la que pese a existir interés y estudios académicos locales y también políticos en la actual provincia, no se posee el poder ante la crisis de acefalía de la Gobernación y es una vergüenza nacional de provincia -pretendiendo ser Región- sin tener aún la capacidad de exigir la pronta restitución del cargo de gobernador/a.
Esto hace pensar que aún a pesar de las buenas intensiones, estos encuentros o mesas redondas poca injerencia tendrán ante el futuro proyecto y su instalación, ya que todo emanará del centralismo, siempre y cuando no se siga enfermando el senador, que ya tiene sus años el señor, habiendo sido Ministro de Frei Montalva hace años.
Lo mejor que me ocurrió y que debo reconocer fue el gesto de don Hérex Fuentes, con quien tuve un pequeño desentendimiento, pero en la ocasión -en una actitud que lo enaltece y es bueno reconocer por este medio- me pidió disculpas por lo que aconteció entre ambos. Esa situación es grata no por lo personal, sino porque esa debe ser la actitud de quienes estamos en política, enmendar nuestros errores, eso hará siempre avanzar y construir. Gracias don Hérex.
Enrique Edis Jara Rivera.
Enfermos en Punta Peuco
Señor Director: Después de enterarme de las declaraciones de los familiares de enfermos terminales en el penal de Punta Peuco, he experimentado varias emociones, como la ira, la vergüenza, y la impotencia. Emociones que los seudos defensores de los DD.HH., adalides de la venganza, buscan para que se experimenten en forma permanente. Ira porque fueron condenados sin considerar el contexto y circunstancia que el país vivió en aquellos años previo a 1973; vergüenza de que en este país, a vista y paciencia de todos, se permita el vejamen de ancianos aquejados de males irreversibles que hacen sufrir a sus familias; e impotencia porque está permitido por la justicia chilena en sus más altos niveles. Cuál más cuál menos sabe lo que significa la diabetes, con todas sus secuelas, de hipertensión, diálisis, neuropatías, ceguera, amputaciones etc. y sin embargo, estos reos continúan encarcelados con todos los inconvenientes para su tratamiento. La buena justicia no incluye la venganza; al contrario, la condena.
Marcos Concha Valencia.
Corrupción con olor a pescado
Señor Director: Todo mal cuando el diputado Iván Fuentes decide no declarar ante el Fiscal Regional de Aysén, Pedro Salgado, por recibir supuestos aportes de la Federación de Industrias Pesqueras del Sur Austral (Fipes), mientras era dirigente sindical, cuando lideró el movimiento social por Aysén y luego para su campaña política al postular a la Cámara de Diputado. Porque el mal olor, nauseabundo a pescado podrido, llegó para quedarse, no más la supuesta candidez del que vestía la "parka celeste". Simplemente el sistema político, el mismo que tanto combatía en sus recordadas marchas de protesta en las calles de Aysén, se lo fagocitó, como diría un cinéfilo: "se pasó al lado oscuro". Ahora bien, recordando que estamos en medio de una campaña electoral para elegir nada más y nada menos que el nuevo presidente de Chile, se hace imperioso que cada chileno sea muy estricto y detallista para elegir su candidato, no quedándose sólo con el ropaje exterior (la otrora parka celeste) y en frases seductoras preparadas por asesores de imagen, se debe ir más allá, para después no terminar defraudado cuando una vez más compruebe que entre lo dicho y lo hecho existía un tremendo trecho y de un olor muy fétido. En general, lo esperable es que cuando alguien ingresa a un lugar cerrado, sin ventilación, lleno de personas, percibe de inmediato, de existir, la pudrición, el mal olor, optando por abrir ventanas, denunciando y sacando a los malolientes, pero en este caso nada de esto ocurrió, más bien el diputado Fuentes se habría sumado activamente para avivar la fetidez del ambiente y con olor a pescado corrupto.
Luis Enrique Soler Milla.
Tompkins
Señor Director: Al Filántropo Douglas Tompkins se le ha negado de manera póstuma la ciudadanía chilena. A veces me cuesta entender hacia dónde va mi país. ¿Será que se dejó de pensar?
José Manuel Caerols.