La voz de los expertos y quienes hacen de sus criaderos y caballos una parte importante de su vida
La crianza del caballo chileno da para mucho, es difícil, es de mucha paciencia y responsabilidad, pero mantenerse en el tiempo cuesta mucho más.
José María Martínez Cabrera es el dueño de Criadero "Centinela", donde ya hay cuatro generaciones, José María Martínez Sandoval, quien otorgó vida al Criadero cuando compró el Fundo Centinela, nombre que dio origen al lugar en El Carmen. Se suma su hijo José María Martínez Cabrera y sus hijos Juan Luis y José María y, por si fuera poco, los hijos de éste, aún chicos, pero que algún día no muy lejano se incorporarán de lleno a una tradición familiar, la crianza del caballo chileno.
Es por esto que Juan Luis Martínez habla con propiedad y cariño de su criadero. "El 2015 recibimos un reconocimiento para el criadero, en nombre de mi papá. Eso fue un gran orgullo, porque esto es un esfuerzo de mi abuelo, de mi papá y tendrá que seguir siendo de nosotros de aquí en adelante para que dure muchos años más".
Muy cerca de San Carlos, a escasos diez minutos, camino a Torrecillas, se encuentra el Criadero Santa Teresa Grez, donde reina gran cariño por el caballo chileno, además de una gran preocupación por tener los "mancos" lo mejor posible, con cómodas y aireadas pesebreras, construidas pensando en todo lo que necesitan, además de otras instalaciones necesarias para realizar un buen trabajo, una clara demostración de la preocupación de su propietario, Eduardo Grez.
"Siempre he estado vinculado a lo que es caballo, mi abuelo, mi padre y sus 10 hermanos eran corraleros, además cuando yo estuve en el ejército practiqué mucha equitación deportiva, no competitiva, y siempre en mis viajes al extranjero, me interesó visitar grandes criaderos, en muchas disciplinas, especialmente salto y adiestramiento, y así me fui documentando de mucha literatura relacionada con el caballo, incluso haciendo algunos cursos".
Al decir amor por los caballos, a lo mejor es poco el término para calificar lo que Álvaro Mecklenburg Riquelme (53), abogado y empresario, siente por los productos que tiene en su Criadero Doña Fran, ubicado al poniente de la comuna de El Carmen, en el sector Rinconada. "Cada vez me pongo más exigente con la crianza, voy dejando lo que más me gusta, en la morfología las yeguas que no me gustaron las deseché, algunas las regalé, otras las saqué a remate, y me he ido quedando con lo más bonito. Más allá de la sangre, todos mis productos aún son nuevos, no tengo nada corriendo, los de más edad son unas yeguas y unos potros que tienen entre 5 y 6 años, se están topeando todavía, ni siquiera los hemos sacado a correr".
Estos son sólo algunos expertos y amantes de los caballos y los criadores repartidos por la provincia de Ñuble.